lunes, 15 de noviembre de 2010

Representación del Sábado 20 de Noviembre de 2010


Bueno, nuevamente vamos a representar los Pelópidas, y ya van 4.

A ver si nos hacemos un nombrecito.

Venga chicos al tostadero.

Lugar: FOntanar, Casa dela cultura. El saábado próximo a las 19:00

Os invitamos a todos.

EL rey Antrax.

martes, 1 de junio de 2010

Juegos de calentamiento planteados por Jesús

Primero:
Juego CADENA TRÓFICA: Sólo por gestos. Dos equipos:
1.-Encadenadores: (el resto)

2.- Animal-->Acción
Hombre caza
Tigre devora
Gacela rumia
Yerba brota
Tierra nutre
Agua disuelve
Sol evapora

Hombre caza
León devora
Jirafa rumia hojas
Árbol da sombra
Tierra sustenta
Agua fluye
Sol calienta

Hombre aprisiona
Águila apresa
Conejo come
Yerba brota
Tierra sustenta
Agua nutre
Sol calienta

Segundo
Juego de formar un Paisaje por Procomún: 3 Equipos:
-Directores
-Repertorios
-Disposiciones


Formar un Paisaje procomún o montaje con una Dirección del tipo:
Caótico Nº de Directores: 0


Guiado Nº de Directores: 1


Estructurado
Nº de Directores: 1jefe, 2Sub, 3Coordinas


Rígido Nº de Directores: 1


Repertorios Lista de familias de Objetos disponibles a elegir:
-Ritmos
-Formas
-Objetos físicos
-Músicas
-Animales
-Palabras
-Lenguajes

Disposiciones: Percepción Generativa con Características propias adaptadas al objeto:
-Triste
-Alegre
-Apático
-Impulsivo
-Pensador
-Indeciso
-Cortés
-Simpático

Formando parejas a disposición del Director.

martes, 22 de septiembre de 2009

Presentación y panfleto


Somos un grupo de teatro que nos reunimos para ensayar los lunes a las 6 de la tarde en el Colegio o en el centro Cultural de Fontanar (dependiendo del frío que haga).
Esta es una invitación formal para que puedas participar, basta que te acerque un lunes a las 6 de la tarde y contactes con nosotros, te contaremos más en detalle nuestro plan de trabajo y lo que pagamos para nuestro funcionamiento.
Si te interesa el teatro, esta es tú oportunidad, y la tienes en Fontanar.

viernes, 3 de julio de 2009

El desarrollo

Lugar: Sala municipal de un pueblo pequeño
Personajes:
Alcalde: Juan
Secretario del Ayuntamiento: Ignacio
Concejal de Cultura: Carlos
Concejala de Deportes: Daniela
Concejal de Obras: Ovidio
Vecino1: Pedro: Ecologista esposo de María, María es Concejal de Medio Ambiente.


1º Acto:
Escena 1
Se en encuentran en un despacho del Ayuntamiento. Sentado en una mesa el Secretario: Ignacio, revisando papeles, después, entra el Concejal de Cultura, Carlos
Carlos: Hola Ignacio… ¿Preparando la reunión de hoy?
Ignacio: Revisando los temas.
Carlos: Ya... me gustaría que mis temas no se vieran los últimos.
Ignacio: El orden de la reunión lo establece el alcalde. Habla con él.
Carlos: Ya se lo he dicho, siempre antepone otros temas a lo míos.
Ignacio: Lo siento, en eso, no puedo ayudarte.
Carlos: Me suele olvidar, y eso que a mi lo que me va es la acción.
Ignacio ¿Qué acción?
Carlos: ¡Vamos, mandar! que es lo bueno.

Escena 2
Entra Daniela muy campechana con chándal y haciendo footing.
Daniela: ¿Qué tal Carlos?
Carlos: ¡Ya está aquí la atleta!
Daniela: (Hablando hacia Carlos) ¡Te has levantado con mal pie! ¿O qué?
Carlos: Siempre compitiendo ¡Ganar! ¿Ganar a qué?
Daniela: ¡Otra vez haciéndote el mártir.
Carlos (con sarcasmo): ¿Qué piensas plantear hoy? ¿La construcción de más graderías para el campo de football?
Daniela: Sin bromas con el football, que no estoy yo para soportarlas, después de lo ocurrido en el partido del domingo.
Carlos: ¡Si sabre yo lo brutos que son en este pueblo!
Ignacio: ¿Y la autoridad?, ¿no había nadie ahí?
Daniela: Sólo el árbitro.
Ignacio: Desde luego…
Daniela: ¿Qué podía hace? Si cuando se desatan los ánimos de la gente, no hay quién pare a las masas.
Carlos: No te engañes Daniela, cuando las masas quieren violencia, no se evita fácilmente.
Daniela: ¿Tú que propones? La verdad es que no sé cómo acabar con estos desmanes.
Carlos: No seas simple; hay que empezar por cambiar la mentalidad de la gente del pueblo.
Daniela: ¡Déjate!
Carlos: ¿Prefieres que las cosas sigan como están?
Daniela: En el pueblo hay de todo.
Ignacio: Sí, mucho frustrado, parado, desengañados del trabajo duro, malos estudiantes y nivel cultural bajo.
Daniela: La mayoría no han estudiado, porque nunca han sido motivados. Por ejemplo: en vez de ayudarles con la lectura, con cosas divertidas, tienes que aprender “Sin-tac-xisss”. ¿Para qué sirve la sintaxis?
Carlos: Ayuda a pensar y a razonar
Daniela: ¿Qué pasa, el que no sabe sintaxis: no piensa ni razona?
Ignacio: Todo estudio requiere un esfuerzo, lo importante es el esfuerzo mental.
Carlos: Es verdad. Y eso es lo que falta en este pueblo.
Daniela: ¡Como os pasáis! El deporte requiere esfuerzo, disciplina, dedicación…el fútbol es lo que más gusta a los chavales del pueblo; y hay que tener agallas, y eso no les falta,... y también hay que pensar.
Ignacio: Nadie tiene quejas de los chavales que jueguen al fútbol, pero deberían desarrollar más su inteligencia y control.
Carlos: Mira como está el mundo de mal repartido: Los jugadores profesionales son incapaces de expresarse, ni de controlar sus vidas, son dirigidos como títeres, pero ganan una pasta gansa que ni saben gastar.
Ignacio: Eso, Carlos, no viene a cuento. Hay que reconocer que el fútbol es un juego de equipo, un deporte sano y motivador.
Daniela: Todos queremos que los chavales, además de hacer deporte, también estudien, pero no son mis atribuciones enseñarles a leer o explicarles matemáticas, para eso están los maestros.
Carlos: Faltaría más, ya te veo a ti explicando conocimiento del medio…
Daniela: Tú, Carlos, deberías ofrecer actividades culturales que motiven a la gente, por lo menos deberías montar espectáculos que diviertan.
Carlos: ¡Tú que sabes! Si nunca te veo en las actividades culturales.
Daniela: No tengo tiempo. Pero aquí nos enteramos de todo.
Carlos: ¡Compadreos y cotilleos! La gente critica sin saber nada.
Ignacio: Daniela, está muy bien que el personal practique deporte, pero también tiene que haber otras cosas.
Daniela: Gracias al deporte nos conocen en toda la comarca, nuestros chavales salen del pueblo y conocen otros chavales y lugares, amplían horizontes, hasta ligan.

Escena 3
Entran el alcalde: Juan y el concejal de obras: Ovidio.
Juan: Buenos días a todos.
Daniela: Hola Juan.
Juan: Supongo que ya habréis estado hablando de la situación que tenemos en el pueblo.
Daniela: ¿A qué te refieres?
Carlos: ¿A la política o a la cultural?
Juan: Tenemos que abordar el problema en su conjunto, ir a las causas: Ver qué lo produce.
Carlos: (con guasa) Es verdad, conocer el origen de estos especimenes que conviven con nosotros.
Juan: Sabéis que el pueblo está creciendo.
Ovidio: La población se ha incrementado en más de un 50%. Ahora los nuevos vecinos casi son mayoría.
Juan: Y tienen otras costumbres, alguno hay hasta rarito.
Daniela: Hoy en día, tenemos que compaginar los gustos de todos, de los de antes, con los de los nuevos.
Juan: Y no es fácil contentar a todos los vecinos…
Juan: Sí… habrá que hacer caso “En parte” a cada parte.
Ignacio: ¿Pero a qué parte? ¿Y en qué parte?
Juan: No se trata de partes, sino en analizar cada caso y optar por lo que sea mejor para todos.
Carlos: Analizar, analizar…
Juan: Hay que tomar decisiones. Siempre me toca decidir y toda la responsabilidad sólo cae en mí.
Ovidio: Hay que optar por las cosas que menos daño hacen.
Carlos: Eso está muy bien, pero son verdades de Perogrullo. Nos presentamos con un programa, y a eso nos tenemos que ceñir.
Daniela: No se ven igual los cuernos del toro cuando uno los tiene delante, que cuando se está en la barrera, ¿eh?
Ovidio: No debemos precipitarnos, no se debe atacar directamente a una amplia minoría, hay que respetar a las minorías. Tú, Juan, como Alcalde, te debes a todos. Ya que mañana pueden cambiar las tornas.
Juan: ¡No se puede gobernar a gusto de todos!
Carlos: Ese es el dilema de gobernar.
Ignacio: Ahí está la grandeza y la miseria de ser la autoridad.
Juan: Para ti Ignacio, es muy fácil, tú tan sólo te tienes que preocupar de que se cumpla la norma, y que esté todo en regla y en orden.
Ignacio: ¡Y no es poco! Tengo que ajustar vuestras pretensiones a lo que la ley exige. Tengo que lidiar con muchas reses en la administración y cada una de su padre y de su madre.
Carlos: Antes sabíamos lo que la gente del pueblo quería. Pero ahora ya no.
Daniela: Ahora la gente quiere otras cosas. Y todo lo que sale por la tele, también influye.
Ovidio: Es lo peor, la opinión de la gente cambia constantemente.
Carlos: “Con tanta información y TV, es difícil saber lo que la masa piensa y quiere”
Juan: Vamos a los hechos, al trabajo.
Carlos: ¿Qué hechos?
Juan: A comenzar la reunión con los puntos del día.
Carlos: ¡Acabáramos! Digo… comencemos.
Ignacio: Afuera hay unos vecinos que quieren asistir a la reunión:-como oyentes- ¿Los dejo pasar?
Juan: ¿Acaso hay otra alternativa?...esto va para largo. Diles que no pueden interrumpir hasta el final”
Ignacio: Ya lo saben, sólo en ruegos y preguntas, ésa es la norma.
Juan: Que pasen, pero calladitos, asústales con que desalojo la sala si estorban.

Escena 4
(Ignacio sale un momento y regresa con dos vecinos: Pedro el marido de María, la Concejala de Medio Ambiente y Mario, constructor, interesado en el desarrollo de nuevo plan, se colocan al fondo)
Ignacio: Estamos todos… menos María, que está enferma, ha mandado una disculpa con su marido. Propongo que nos saltamos la lectura del acta anterior, ya la habéis recibido todos, y si no habéis dicho nada, estaréis todos de acuerdo… ¿Alguna disconformidad?…Veo que no. Luego, se aprueba el acta anterior. Pasemos al primer punto del día: “La aprobación del nuevo plan urbanístico.” Lo presentará el Sr. Alcalde.
Juan: El primer punto es la aprobación del nuevo plan urbanístico. Conocéis la necesidad de esta ampliación, debido principalmente al aumento de la población. Es un reto para el futuro de nuestro pueblo; nos permitirá tener nuevas prestaciones de servicios y de calidad. Esto redundará en la calidad de vida de todos los vecinos. Tenemos la obligación de desarrollar y ponernos a nivel de los nuevos tiempos. La parte técnica la expondrá el Concejal de Obras: Ovidio.
Ovidio: Se os ha repartido documentación adicional, donde figura, marcado en colores, las zonas de ampliación urbanística: Las zonas que pasan a ser urbanizables está en azul, el nuevo parque industrial y los nuevos servicios están en rojas, y las que quedan como zonas verdes,… púes verde.
Juan: Notareis que el casco viejo se ha quedado pequeño, cada vez hay más gente que quiere vivir en nuestro término.
Ovidio: Según lo expuesto por el Sr. Alcalde, debemos ofrecer más servicios de calidad, esto se concreta en este proyecto, con varias actuaciones:
1.-Construir la nueva guardería.
2.-La ampliación del colegio, incluido el nuevo comedor.
3.-La ampliación del centro médico.
4.-Crear una nueva zona de viviendas unifamiliares.
Juan: Estas actuaciones permitirán que se creen e incrementen nuevos puestos de trabajo.
Daniela: A ver si es verdad, y evitamos que los jóvenes se vayan a la capital.
Ignacio: Se ha revisado la documentación, y verificado que se cumple escrupulosamente toda la normativa de edificabilidad requerida, tanto regional como nacional.
Juan: Dicho todo esto, estoy aquí para responder y aclarar cualquier pregunta que me queráis formular relativas a la ampliación.
Ovidio: Como Concejal de Urbanismo. Agradezco al Ilustrísimo Sr. Alcalde el apoyo prestado: su esfuerzo, entrega y dedicación.
Ignacio: Hemos colaborado todos. Y por supuesto a la cabeza, nuestro querido Alcalde.
Ovidio: Por ello, todos agradecemos su desinteresado apoyo; gracias al cual, y en buena hora, estamos a punto de aprobar este nuevo plan urbanístico.
Juan: Resta tan sólo aclarar: que se han tenido en cuenta todas las opiniones. Y si no hay ninguna otra observación, pido que se pase a votación para su aprobación.
Ignacio: Oído lo expuesto se someter a votación a mano alzada de este Pleno. ¿Se aprueba la ampliación al plan urbanístico?
(Pedro levanta la mano y pregunta)
Pedro: ¿Puedo decir algo?
Ignacio: Quedó bien claro, antes de dejaros entrar, que el público asistente no puede intervenir en las deliberaciones, ni en las votaciones que están establecidas en el orden del día.
Pedro: Pero es que mi mujer no ha podido venir y me ha encargado que hable en su nombre.
Ignacio: Sólo si la autoridad lo faculta, terminado el orden del día, se podrá plantear algún ruego o pregunta.
Pedro: Pero esto no es justo ni democrático.
Ignacio: Es el procedimiento, y a él nos tenemos que ceñir, sino, esto sería la anarquía.
Juan: Ignacio: Ya que Pedro viene en nombre María. Sólo por esta vez, y sin que sirva de precedente, que diga lo que tengas que decir.
Pedro: María, mi mujer, dice que se opone a este plan urbanístico, y me ha dicho que os trasmitiera su voto negativo al plan, porque incluye la construcción de un gran complejo de campos de golf, con un hotel de 5 estrellas y las 3000 chalets de lujo sólo para socios, Nadie ha sacado este tema aquí.
Juan: Este es un tema que ya está hablado. Y en el que todos estamos de acuerdo- menos tu mujer que no está.
Pedro: Pero antes de su aprobación debería darse a conocer los intereses que hay detrás.
Juan: Ovidio está más enterado, y os puede contar los detalles técnicos.
Ovidio: Toda la información técnica fue publicada, y ya se ha discutido. Todo el pueblo está de acuerdo con seguir con el plan.
Daniela: El pueblo está enterado. Habrá más trabajo: para los comercios, para los bares. Se necesitarán restaurantes de calidad. Y tendremos un polideportivo de calidad.
Ignacio: La construcción se incrementará y se necesitará más mano de obra que saldrá del pueblo.
Carlos: Aunque tú, Pedro no lo creas, Hemos analizado todos los pros y los contras de esta operación, y gana por mayoría, los beneficios que nos aportará. No todo es malo en el desarrollo.
Ovidio: Los vecinos saldrán beneficiados, sus casas y solares se revalorizarían.
Juan: Debemos seguir con el orden del día. Y no se permitirá más interrupciones.
Ignacio: Procedamos a la votación.
(Todos menos los vecinos oyentes levantan una mano)
Ignacio: Visto el resultado, certifico que la propuesta de ampliación del plan urbanístico presentado, queda aprobada por unanimidad- Los ausentes no cuentas. Así que sin más dilación: pasemos a ver el siguiente punto de esta sesión, que es la aprobación, si procede, del presupuesto para la ampliación del plan director urbanístico. Tiene la palabra el Sr. Alcalde.
Juan: Gracias. Aprobada ya la ampliación del plan urbanístico, pasemos a presentar los presupuestos de dicho plan. El presupuesto está estructurado para que no cueste ni un duro al erario público: como se ve en las hojas adjuntas que expondrá Ovidio.
Ovidio: Gracias Sr. Alcalde. Todos los costes de las nuevas obras están subvencionados por las empresas que participan en el plan. Luego nuestra función sólo consistirá en verificar y controlar que todo se haga de acuerdo al plan previsto.
Daniela: Todos nuestros vecinos estarán agradecidos de que esta ampliación de servicios, no les cueste nada.
Ovidio: Esfuerzo nos ha costado, llegar a esta óptima situación, no ha sido fácil, hemos tenido largas y duras negociaciones con las empresas implicadas. Las cuentas están claras…y como ya han sido revisadas meticulosamente por todos los presentes, así como por la intervención contable competente; creo que es hora de pasar a su aprobación.
Ignacio: Se procede a votar a mano alzada su aprobación. ¿Se aprueban los presupuestos de la ampliación al plan urbanístico?
(Todos menos los vecinos oyentes levantan una mano)
Ignacio: Visto el resultado, certifico la aprobación del presupuesto del nuevo plan urbanístico, queda aprobada por unanimidad. Pasamos al siguiere punto del día: Se procede a tratar los temas pendientes de Cultura y Deportes que por falta de tiempo, quedaron pospuestos de la sesión anterior. Tienen la palabra los Sres. Concejales de Cultura y Deportes.
Daniela: Carlos, tú primero.
Carlos: De ninguna manera, primero las damas.
Daniela: Primero tú, lo tuyo es más antiguo.
Carlos: No Daniela, lo tuyo es más urgente.
Juan: Bueno, empezar ya, que no tenemos toda la tarde, que hoy hay partido de la Champion. Venga, que empiece Daniela.
Daniela: Bueno, ya sabéis lo que pasó en el partido de la semana pasada. No podemos dejar pasar más tiempo sin que establezcamos un plan de control para el futbol. Hemos hecho varias propuestas para asegurar la seguridad en el campo. Está la valla metálica para separar el terreno de juego del público. La otra opción es contratar un servicio de seguridad.
Ignacio: Nos haría falta, por lo menos 20 seguratas, para todos los domingos; y poder controlar la entrada y a los bordes que vienen al terreno durante los partidos.
Ovidio: Además, si no juegan los mayores, juegan los chavales y en estos partidos, los padres todavía se calientan más cuando reciben leña sus hijos.
Juan: Esto de los seguratas es una sangría que el pueblo no puede asumir.
Carlos: Daniela, poner una alambrada, no se puede.
Ignacio: La normativa de seguridad no lo permite.
Daniela: Entonces, no nos queda otra que, no dejar pasar a la gente a ver los partidos.
Ovidio: Más personal de seguridad. Es la única solución posible. He estado hablando con las empresas que se van a instalar en el polígono industrial. También están preocupadas por la seguridad en la zona del polígono.
Juan: Sobre todo ahora, que esa zona está deshabitada, por ahí no circula un alma. Tienen miedo a los robos.
Carlos: Ha aumentado la población temporal y de extranjeros en la zona, vienen a los trabajos temporales de recolección…y es un peligro, después del trabajo, se quedan vagabundeando, desperdigados por toda la comarca.
Ovidio: A lo que iba, hay mucho dinero invertido en maquinarias y materiales industriales en el polígono y eso no puede quedar abandonado. Ya han empezado los robos de material eléctrico.
Juan: Por estas razones de seguridad, el ayuntamiento está colaborando con los empresarios y comerciantes de la zona.
Ignacio: Así es, por eso es imprescindible la creación de un consorcio de seguridad que preste este servicio. Se está creando una empresa de seguridad privada, cumpliendo todas las normas legales, por supuesto, para mejorar la seguridad en la zona y que beneficie a todos.
Ovidio: Aprovechémoslo. Antes de esta reunión, les he puesto como condición a los empresarios, que el personal que contraten también tiene que ayudar en la seguridad al pueblo. Les pedi que cuando el Ayuntamiento lo requiera, por motivos de seguridad, deberán prestar sus servicios a este consistorio.
Ignacio: Eso está bien.
Ovidio: En concreto, les planteé el problema que tenemos de seguridad durante los partidos del futbol. No estuvieron reacios, creo que aceptaron, sólo falta ajustar algunos flecos compensatorios. Así que en el futuro, esperemos que este problema este resuelto.
Juan: Obviamente, se tardará un tiempo mientras se constituye la empresa de seguridad y se obtienen los permisos pertinentes.… Pero a la larga, creo que el problema de inseguridad en los partidos, y el todo el término, estará arreglado.
Daniela: Pero el problema lo tenemos hoy, y hasta entonces, ¿qué hacemos? No vamos a interrumpir los partidos de las ligas en que participamos. Necesitamos una solución inmediata.
Carlos: Propongo que hasta que se tenga ese personal de seguridad, el Ayuntamiento contrate o haga venir a más policía.
Juan: Carlos, me gustaría tener un cuerpo de policías municipales propio, pero el ayuntamiento no puede asumir ese coste, tampoco tenemos habitantes suficientes que lo justifique... Y bastante hace la Guardia Civil en mandar una patrulla cuando puede, sé que no tienen suficientes agentes.
Daniela: ¿Entonces qué? Tendrás tú que asumir la responsabilidad de lo que pase en el campo. La Federación de fútbol ya nos ha multado varias veces. Estos desmanes tienen que acabar.
Juan: Lo único que se me ocurre es solicitar apoyo a Protección Civil de otros pueblos, les pagamos las dietas y los desplazamientos, e incrementamos la plantilla de seguridad con este personal.
Carlos: No sé,... en muchos de esos pueblos también tiene partidos. ¿No sé si vendrán?
Juan: Dadme un semana, el próximo miércoles tenemos reunión los alcaldes de los pueblos de la zona, plantearé el problema y seguro que a alguna solución llegaremos. Os mantendré informados.
Carlos: Bien, visto lo visto, ahora va lo mío. Lo mío es lo de siempre, Ya sé que no queda dinero. Y que no hay ni un duro para actividades culturales.
Ignacio: Así es, el siguiente punto es Cultura.
Carlos: Me toca: Como sabéis, a todos los organismos competentes y a muchos más, ya les hemos sacado todo lo que se les podía sacar. Nos han dado ayudas similares a la de otros años. Y lo que es peor, con las mismas formas y condiciones. Así que vienen los mismos grupos subvencionados, los de todos los años.
Daniela: Tenemos a la gente del pueblo aburrida. Siempre con las mismas músicos, los mismos grupos de teatro, hasta los mismos payasos.
Pedro: (interrumpe y se pone de pie): Todos los años, en las mismas fechas, repetís las mismas actividades, ya podríais pensar un poco.
Ignacio: Tú a callar o llamo al alguacil para que te saque.
Carlos: Por eso a las actividades culturales siempre asisten los mismos, o cada vez menos personal; la gente se aburre. Y después, aguanta las quejas de los que vienen… y de los que no vienen. Ya casi no salgo de casa para no cruzarme con nadie, mando a mi mujer a comprar.
Juan: Lo malo de tener un cargo público es que la gente no te deja en paz. Creen que estás para atender todos sus problemas, a todas horas y en todas partes. Siempre hay algún disgustado, listillo o pesado que tiene que darte la murga.
Daniela: De estos no nos salva nadie.
Juan: Y del dinero, a corto plazo, nada de nada, no tenemos ni un euro en caja. Lo que si puede ser es que en el futuro, podemos conseguir que alguna de las nuevas empresas, financie, o done dinero para actividades culturales.
Ignacio: Ya sabéis que lo que gastan en cultura las empresas, les desgrava hacienda. Además, hay que hacer previsiones realistas; no se puede improvisar el gasto en función de la moda cultural, no somos una veleta girando según el aire que corre.
Ovidio: Perdona que me meta, ya se que cultura no es mi competencia, pero antes de la reunión estuve hablando con Mario, que lo tenemos aquí de vecino, si me equivoco puede corregir mis palabras. Me contó que los empresarios estarían dispuestos a dar una considerable cantidad dinero para mejorar la oferta cultural del pueblo.
Carlos: Hombre, es la primera noticia agradable que recibo en el día. ¿Y a cuánto ascendería?
Ovidio: Depende.
Carlos: ¿Cómo que depende?, ¿de qué depende?
Ovidio: Depende de las actividades que proponga el ayuntamiento. A los empresarios no les gusta despilfarrar el dinero.
Carlos: No entiendo… ¿Y quién va a proponer las actividades?
Ovidio: Pues el ayuntamiento,… pero antes de soltar el dinero, los empresarios quieren conocer en que actividades se va a invertir. La cantidad de dinero que den, estará supeditada al tipo de actividad a que se dedique.
Daniela: Lo que quieren es publicidad…es legítimo. Todos perseguimos algún beneficio. En definitiva, quieren negociar su plan de inversiones.
Juan: A mi no me parece mal. Las actividades culturales que venimos haciendo con fondos propios, ya las tenemos. Y sería incrementar la oferta cultural con nuevas aportaciones e ideas. Deberíamos tener una reunión con ellos para definir todos estos temas.
Ovidio: Voy a ser franco, los empresarios quieren actividades para que vengan gente de afuera, a ver los espectáculos y a consumir.
Daniela: ¡Lógico, quieren más negocio para sus comercios!
Ovidio: Por ello, están dispuestos a incrementar sustanciosamente su aportación en las fiestas, en especial en lo referente a los toros, que es lo que trae gente…Pagarían todo el gasto de la plaza. ¡Qué no es poco!
Carlos: ¡Vamos que más cultura de toda la vida! ¡Más toros y marcha! Yo no sé qué concepto tenéis de cultura, pero los desmadres de las fiestas lo único que produce es más barbarismo.
Ovidio: Un momento. Siempre, y tradicionalmente, la comisión de fiestas ha gastado un buen peñisco del presupuesto asignado a cultura, en toros.
Carlos: ¿Y ahora proponéis más de lo mismo? ¡Esto es de locos!
Juan: Carlos, no te ofusques, seamos prácticos. Si los empresarios están dispuestos a correr con todo el gasto taurino, nosotros nos centraremos en financiar las demás actividades culturales, mejorándolas e incrementándolas. A mi me parece que no es un mal trato.
Ovidio: Hasta los constructores están de acuerdo en esto. Que haya vidilla en el pueblo, les beneficia, dicen que incrementa el valor de las viviendas.
Carlos: ¡Dios Santo, lo que hay que oír! Me queréis hacer comulgar con ruedas de molino. Pero la cultura es de todos, y tenemos la que nos merecemos. Si creéis que es lo mejor para el pueblo, no se hable más. Me someto a la voluntad popular. Tengamos esa reunión con los empresarios de la cultura, y acabemos con este trago taurino.
Juan: Luego, la aprobación definitiva del presupuesto de cultural, queda pendiente para después de lo que se acuerde en la futura reunión con los empresarios, que tú Ovidio fijarás y acordarás con ellos. También debe asistir a ella los concejales de: Cultura, Deportes y Medio Ambiente: María, que hoy no ha podido venir por enfermedad, pero que algo tendrá que decir.

Escena 5
Ignacio: Acabado los temas del orden del día, pasemos a ruegos y preguntas ¿Si no hay inconveniente por parte de la autoridad?
Pedro: Ya era hora, conociéndoos, no sé para qué he venido aquí. Ya está todo dicho, decidido y sentenciado. ¡A ese esperpéntico plan urbanístico, no lo para nadie!
Daniela: Es lo que hemos acordado democráticamente.
Pedro: Ya está todo dicho, Me repito, no sé qué pinto aquí. De todas maneras, no me voy a quedar con las ganas, lo voy a decir otra vez; aunque sólo sea para que a alguno le muerda la conciencia y me sigáis llamando el toca pelotas.
Ovidio: ¡Portavoz de su mujer, a lo que llegan algunos!
Pedro: María no ha podido venir, está mala. Después de haberos escuchado, creo que mala la habéis puesto. Vosotros,... Sí: con vuestro plan de desarrollo. Desde luego, es mejor que no haya venido; se le hubiera puesto el cuerpo mucho peor.
Ignacio: ¿Puedes ir acabando? Hoy hay partido de la Champion.
Pedro: Partido, partido…Por supuesto que en el pueblo hay personas que este proyecto les beneficia directamente: comerciantes, dueños de bares, restaurantes, constructores… Los de siempre, los que tienen posibles. Estos que ahora se estarán frotándose las manos por los futuros pingües beneficios que esperan obtener. ¿Quiénes?... como siempre; los ricos, los propietarios. Todos estos saldrán ganando. Sus casas y solares se revalorizarían. ¿Pero todos estos, qué representan? ¿El 10% de la población?
Juan: Estás muy equivocado, beneficia a todos, directa o indirectamente.
Pedro: Sí, a las fuerzas vivas y poderosas del pueblo. No te digo, a los de siempre, a los que vivís de maravilla. Este plan os viene muy bien. ¿Y que pasará con el resto, con el 90% que se tiene que buscarse las habichuelas a diario? ¿Y a los otros?..., a los pobres, a los parados, ¿Qué? - Por un período de tiempo – y mientras duran las obras, también estarán contentos, tendrán trabajo y podrán comer. Pero después… ¿Qué? Subirá la contribución urbana de las zonas donde viven, al pasar a ser una zona de ricos. Diréis que sus casas tienen mayor valor añadido. Tendrán que pagar más, para que su barrio esté bonito y limpio, con buenos servicios.
Ovidio: ¡Nadie ha hablado de subir la contribución urbana!
Pedro: Subirán los precios de los comestibles, las consumiciones de los bares. Porque todos los comerciantes, buscarán ganar más con los clientes ricos, satisfaciendo sus gustos y caprichitos. Eso sí, todo será de mejor calidad: Los comedores de trabajadores pasarán a ser restaurantes con estrellas Michelin; las tiendas de ropas, “boutiques”; las tiendas de comestibles, Centros comerciales de alto “estanding”.
Daniela: Eres un exagerado.
Pedro: Ya lo verás Daniela, poco a poco, la gente del campo se verá empujadas a vender sus tierras y casas. Los que no se adapten, se tendrán que ir a otros pueblos, donde puedan trabajar con la tierra de otros, que es lo único que saben hacer. Los privilegiados que vendan sus tierras y casas a buen precio, se comprarán un pisito en la capital, donde pasarán los últimos años de sus vidas, en los bares y en los parques; con el recuerdo lastimoso del campo que vieron sus ojos de niño.
Ignacio: ¿Este perorata ya la conocemos.¿Puedes terminar ya?
Pedro: Recordad… reíros cuando los viejos, obligados, al no poder sostener sus viejas casas: también venderán. Vuestros abuelos acabarán sus días en una residencia, pagada con el dinero de la venta de sus viejas propiedades. Poco a poco este pueblo pasará a ser un pueblo moderno y de ricos… Ricos que pasan aquí las vacaciones; o nuevos ricos, residentes de fines de semana…De los antiguos habitantes, al principio quedarán unos pocos, los que consigan adaptarse a los trabajos de sirvientes, o servicios, en el complejo golfístico: De jardineros, vigilantes de las urbanizaciones, de cajeras del centro comercial de lujo, de camareras…Después, poco a poco, por los bajos sueldos, serán sustituidos por emigrantes de otros colores y acentos, de más bajo coste, que permiten incrementar los beneficios empresariales.
Ignacio: Acaba ya, que nos tenemos que ir.
Pedro: Con la aprobación de este plan de desarrollo que habéis votado: Negro será el futuro que nos espera. A algunos les viene bien y serán nuevos ricos, codeándose con famosos y con las clases altas de siempre. Pero este ya no será el pueblo agrícola que hasta ahora conocemos. Ni el campo que nos rodea será igual, habrá que pagar para pasear por él. Los que os hayáis enriquecido, arrastraréis un carrito con palos y una pelotita, a la que habrá que golpear para meterla en un hoyo. ¡Vaya futuro más productivo que os espera!
Ovidio: Anda que vaya discursito catastrofita que nos estás soltando. Ya conocemos tus argumentos. Antes ibas de anarquista republicano ¿Y ahora qué? ¿Te has pasado a los ecologistas visionarios de futuro incierto del mundo? Lo tuyo no cambia, siempre dando la nota.
Juan: Menos mal que no te apoya ni Dios. La mayoría del pueblo quiere progresar y mejoras. Tú no convences a nadie. No sé por qué te aguantamos. Claro que siempre tiene que haber una oveja negra, un rarito, en la familia, y a nosotros nos has tocado en una mala rifa.
Daniela: Te pongas como te pongas, este plan va a salir, así que no deberías molestarte en venir a contarnos tus batallitas.
Ovidio: Y si tanto te molesta la actitud de la mayoría del pueblo, la carretera de salida está siempre ahí. Aunque no sé si en otro lugar te aguantarían.
Ignacio: Creo que ya está todo dicho, es tarde, se cierra la sesión.
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sábado, 20 de junio de 2009

Version para aprobacion del fragmento de video del ALEF

A ver que os parece.

Un saludo

Llegó el estreno

¡Por fin!

El próximo sábado 27 de Junio estrenamos el nuevo espectáculo.

Aquí va el cartel. Os esperamos.

domingo, 15 de febrero de 2009

Cuanto mas feliz puede ser una que otra?
Como acometo mis ocho folios de monologo después de vuestros breves y eruditos análisis?
Todo esto me aturde.
Quizá Demetrio huye de mi por esta simpleza y considera a Hermia mas digna de amor que yo puesto que ella ya ha derramado su cascada de folios sobre su monologo, aunque no los haya ofrecido a las miradas del blog.
Pues bien, si para obtener el amor de Demetrio he de escribir mil paginas lo haré, y encadenandole a Hermia le obligare a escuchar hasta la ultima de mis palabras y si con ello no consigo su amor, al menos me habre quedado bien ancha.

lunes, 2 de febrero de 2009

Estudio del personaje, Shylock

Estudio del personaje, Shylock, a través de un Monólogo
Contexto histórico cultural
El autor:
Tradicionalmente es asumido que William Shakespeare nació en Stratford como tercer hijo de John y Mary. No se sabe con exactitud cuando fue el día de su nacimiento. Sin embargo, su bautizo está registrado el día 26 de abril de 1564. Cursó estudios en la escuela del pueblo donde obtuvo sus fundamentos en formación clásica muy relevantes para el conjunto de su obra posterior. Que en 1582 William se casó con Anne Hathaway de 26 años. Tuvieron una hija, Susana, 6 meses después de casarse y en 1585 nacieron los gemelos Hamnet y Judith Shakespeare. Hamnet murió a los once años de edad, cuando William ya fue un escritor con éxito. Escribió su primera obra alrededor de 1589, Henry VI, primera parte. Se mudaron a Londres para continuar ahí su carrera de escritor. Que en 1594 se hizo miembro del The Lord Chamberlain's Men, un grupo de actores. Cuatro años más tarde fue el principal comediante del grupo y en 1603 fue el principal trágico. Escribir obras no fue una profesión muy celebrada entonces, pero actores famosos y buenos llegaron a tener éxito. William también hizo un poco de dinero, que invirtió en la compra de la segunda casa más grande en Stratford, The New Place, para sus padres. Murió el 23 de abril de 1616, y está enterrado in Stratford.

Identidad Controvertida:
Esta polémica fue desatada por la malograda Delia Bacon, quien se obstinó en que las obras atribuidas a Shakespeare habían sido escritas por un club secreto de eruditos (Walter Raleigh, Francis Bacon y Edmund Spenser) quienes desde ese anonimato filtraban sus filosofías revolucionarias. Delia Bacon demandó la apertura de la tumba de Shakespeare a fin de exhumar pruebas de que fue un "vulgar e iliterato cazador furtivo de venados, que cuidaba la caballeriza de Lord Leicester". La demanda le valió que la encerraran en un hospicio para insanos cerca de Stratford, castigo que sorprende menos que los famosos nombres de sus simpatizantes, que incluía a Ralph Waldo Emerson, Mark Twain, Walt Whitman, Henry James, y Sigmund Freud.
Por otra parte, La opinión del obispo Wordsworth de que Shakespeare "fue un lector diligente y devoto de la Palabra de Dios" fue artificialmente estirada hasta la frontera de la Cábala cuando Gerard Balfour anotó que en el Salmo 46, si unimos la palabra 46 desde el comienzo, con la palabra 46 desde el final, formaremos el nombre "shakespear" ("sacude" en "though the mountains shake", se combina con "lanza" en "and cutteth the spear"). Como era de esperarse, esa revelación es eficaz para la edición publicada cuando Shakespeare tenía 46 años de edad. En fin, una muestra más de que ningún libro ha sido tan leído y cuidadosamente estudiado en Inglaterra, como la Biblia… o como Shakespeare.
En contraste con la opinión de Wordsworth, Raleigh sostuvo en la biografía de Shakespeare que sus referencias bíblicas se limitan a la fraseología habitual de su era. El bardo habría escuchado Biblia sin deliberación ni esfuerzos; su cultura era apenas la de un hombre atento e inteligente en una época que no se debatía las Escrituras.
Esa posibilidad es rebasada por algunos versos de Shakespeare, sobre todo en El Mercader de Venecia. Por ejemplo la descripción del convenio entre Jacob y Labón (capítulo 30 del Génesis) muestra un conocimiento más profundo que el de un mero "hombre atento".
La Biblia en Inglaterra.
Las abundantes referencias bíblicas de Shakespeare generaron un debate acerca de en qué medida conocía la Biblia y cómo la aprendió.
La primera versión completa de la Biblia en esa lengua ya cumplió más de seis siglos, pero la perseverante lectura de las Escrituras fue impulsada desde la Reforma. A la versión de William Tyndale sucedieron cinco más, durante el siglo XVI. Sin embargo, sólo a comienzos del siglo siguiente el Rey James I ordenó una nueva traducción, que puso en movimiento energías morales y espirituales que cristalizaron la cultura y el pensamiento ingleses.
Aquella Versión Autorizada abrió las compuertas de los puritanos y de los Padres Peregrinos que cruzaron el Atlántico portando poco más que ese volumen; en ella abrevo Cromwell, quien se veía como "un hijo espiritual del Antiguo Testamento", la estudió diariamente y proveyó a cada soldado de una edición de bolsillo. El espíritu hebreo influía en Albión aun más que el de Grecia y Roma, y la Biblia, según sintetizara Thomas Huxley, se transformó en "la epopeya nacional de Inglaterra".
Del modo siguiente Paul Knell parafraseó en 1648 la identificación nacional con el Pueblo Elegido: "Y ahora, Inglaterra, qué exige Dios tu Señor de ti, sino temerlo, amarlo, y andar en Sus caminos". Matthew Arnold explicaba que del mismo modo que Homero y Shakespeare cultivaban el británico sentido político, la ética se alimentaba del Antiguo Testamento, cuyo valor de la rectitud forjaba el carácter inglés.
Sus sabios y escritores fueron, según Thomas Carlyle, "educados en la Biblia", que por más de doce siglos fue fuerza activa en la literatura inglesa, con su centro en William Shakespeare. Muchos de sus dramas se ofrecen al veedor de teatro en la Londres de hoy, y aventuremos que la idolatría inglesa por el bardo, puede entenderse mejor en el mentado marco de amor por las Escrituras.

El autor y su obra:
La clasificación del teatro de Shakespeare no es fácil dado que no dejó de entremezclar distintos géneros. Introduce en argumentos graves un grotesco personaje, o momentos de gran tensión en una comedia. El mundo de los sueños y de la magia aparece en muchas obras de Shakespeare.
En el fondo de esta mezclada concepción del teatro hay una profunda visión del mundo que se muestra como una realidad poblada de contradicciones. Nunca abandona una visión en la que se combinan el patetismo y el distanciamiento irónico.
Las actuaciones eran durante el día para aprovechar la luz natural del centro del teatro abierto. Ya que había poca decoración de los escenarios y también poca luz dramática, los espectadores tuvieron que confiar en los actores y su manera de actuar y mostrar la hora del día o la época del año, el tiempo, la localidad y el estado de ánimo de las escenas. Las obras de Shakespeare suministran esta información con perfección. En Hamlet, por ejemplo, los espectadores saben en las primeras veinte líneas del diálogo donde trata la obra, a que hora del día, que tiempo hace y en que estado de ánimo se encuentran los actores.
Una diferencia muy importante entre las obras escritas en la época de Shakespeare y las de hoy es que las obras Isabelinas fueron publicadas después de sus producciones, a veces hasta después de la muerte del autor, y eran mas bien una indicación de lo que pasó en el escenario que una guía para lo que debería pasar ahí. Los actores de entonces tenían mucha mas libertad y les estaba permitido sugerir cambios en las escenas y el diálogo.
Las obras de Shakespeare han sido publicadas en varias formas, las discrepancias entre una versión de la obra y otra desde una publicación a otra hace difícil averiguar el contenido real del autor, sus palabras exactas.
Aunque la lengua de Shakespeare y las referencias clásicas les parecen arcaicas a algunos lectores modernos, eran naturales para su audiencia. Sus espectadores venían de todas partes, y sus obras trataban de toda clase de sentimientos, de reyes y reinas, hasta sus servidores y payasos. Hasta sus obras más trágicas contienen a una figura cómica para aliviar los momentos más tensos. Sus obras también trataban de la mitología clásica, la literatura, la familia etc. Algunas de sus frases y palabras se siguen utilizando hoy todavía. Sus obras tienen una variedad y un número de palabras más grandes que cualquier otra obra en la lengua inglesa, lo que muestra que le interesaba la lengua, tenía un vocabulario muy amplio y empleaba nuevas frases y palabras.
Las etapas de William Shakespeare y su carrera de escritor se podrían dividir en cuatro períodos:
Primer Período
Comprende la época hasta e incluido el año 1594. Es el principio de la carrera de Shakespeare y escribe toda clase de obras como por ejemplo:
* Henry VI (Parts I, II, and III)
* Richard III
* Titus Andronicus
* The Comedy of Errors
* The Taming of the Shrew
* Two Gentlemen of Verona
* Love's Labour' Lost

Segundo período
Comprende la época entre 1594 y 1600. Contiene historias, tragedias y comedias, entre ellas El Mercader de Venecia:
* Henry IV (Parts I and II)
* Henry V
* Richard II
* A Midsummer Night's Dream
* The Merchant of Venice
* Much Ado About Nothing
* As You Like It
* Twelfth Night
* The Merry Wives of Windsor
* Julius Caesar
* The Sonnetts
* Romeo and Juliet

Tercer período
Comprende la época entre 1600 y 1608. Contiene algunas de las mejores tragedias:
* Hamlet
* Othello
* King Lear
* Antony and Cleopatra
* Macbeth
Troilus and Cressida
* Coriolanus
* Timon of Athens
* All's Well That Ends Well
* Measure for Measure
Cuarto período
Comprende todo depués del año 1608:
ð Pericles, Prince of Tyre
* Cymbeline
* The Winter's Tale
* The Tempest
* Henry VIII
The Two Noble Kinsmen

El autor y su obra “El mercader de Venecia”
Hay que tener en cuenta los aspectos en la biografía de William Shakespeare, el de su visión del judío de su ciudad y su época: Por la distancia histórica, es un misterio complejo, que no debe ser dado por resuelto a la ligera. Shakespeare, como un inglés de su época, amaba la Biblia y la incorporaba a sus guiones. Y sin embargo, ello mismo está en discusión. Aunque realmente el dramaturgo fuera un lector avezado, esto sólo no alcanza para develar la actitud de Shakespeare hacia los judíos. A estos y otros interrogantes hay que dar vida.

La obra:
EL MERCADER DE VENECIA
El contexto histórico en la obra del Mercader de Venecia se concentra sobre todo en un aspecto: la situación de los Judíos en la Inglaterra en la época de Shakespeare. Los judíos vivían en Inglaterra en la Edad Media; entonces fueron tratados como propiedad del rey. Les fue permitido quedarse ahí sólo como buena voluntad del rey, aunque la iglesia protestaba. Realmente los Ingleses sólo permitían que se quedasen por razones financieras: negocios, prestación de dinero, lo que era muy ventajoso pero a la vez prohibido para los Cristianos por su religión. Los judíos ganaban mucho dinero, ganancias que entonces, pagando impuestos, eran del rey. Finalmente el pago de impuestos empobreció a la mayoría de los judíos de tal manera que ya no suponían ningún ingreso para el rey; fue entonces cuando el rey, Eduardo I, echó a los Judíos de Inglaterra en 1290. Algunos lograron quedarse pero la mayoría abandonó la isla. Es por ello que casi no había ningún judío en la época de Shakespeare y es bastante probable que ni siquiera se hubiera encontrado con uno.
El Mercader de Venecia fue interpretado por primera vez en 1596 o 1597. Entonces había un caso de tratamiento de judíos reciente en la memoria del pueblo, legal y dramático. En 1594, Rodrigo López de origen español, uno de los pocos judíos en Inglaterra, fue acusado de traición y sin ninguna prueba fue condenado por conspiración de asesinato de la reina, lo que llevó a que lo ahorcaron por su supuesto crimen. El resultado de este juicio fue la aparición del odio contra los judíos en Inglaterra, un sentimiento que ha contribuido al éxito inicial de la obra.
Una influencia dramática sobre esta obra es sin duda la obra de Christopher Marlowe, otro escritor del renacimiento en Inglaterra. Su obra del año 1589, llamada El Judío de Malta, trata de Barrabas, el judío del título, quien es caracterizado, igual que Shylock, como un acaparador intrigante y avieso que acaba perdiendo a su hija y pagando por sus crímenes. La obra de Marlowe hace poca justicia o la humanidad de Barrabas, representando sus actos mas bien como un espectáculo de extrema maldad (como por ejemplo cuando Barrabas envenena a todas las monjas del convento). Algunos lectores han opinado que la obra de Shakespeare es simplemente reproducción de la de Marlowe pero con Shylock como una personal humana, y no una caricatura de judío, como Barrabas.
Eso es, como todas las interpretaciones de la relación de esta obra con el antijudaísmo, uno de muchos puntos de vista. Una parte del contexto histórico esencial es la historia que pasó mucho después de la composición de la obra. Las recientes producciones han demostrado que es difícil hacer compatible el evidente odio contra los judíos del héroe de la obra y el carácter de Shylock con la sensibilidad. Al leer El Mercader de Venecia entramos en un conflicto histórico muy real, uno que opone la política de la época de Shakespeare a la política y ética de hoy.
Esta obra fue escrita entre 1596 y 1598. Es clasificada como una comedia `temprana' igual que una de las obras problemáticas. Es una obra en la que se lucha contra el mal, pero también se tratan muchos otros temas y algunos se quedan sin resolver, como por ejemplo el racismo contra los judíos en aquella época.
La obra está dividida en cinco actos, acto primero con tres escenas, acto segundo con nueve, el tercero con cinco, el cuarto con dos y el último con una. En el primer acto, Antonio, un Mercader melancólico de Venecia, cae bajo el poder de Shylock cuando le promete una libra de carne al no devolver el dinero prestado a tiempo. Aunque Antonio es el personaje principal de la obra, comparte el protagonismo con Shylock y Porcia. En el cuarto acto por primera vez se unen la historia de Porcia con la de Shylock, cuando interviene en el juicio para salvarle la vida a Antonio.
En la historia del Mercader de Venecia Shakespeare ha reunido dos cuentos: uno de un prestador maligno que intenta cortar exactamente una libra de carne humana, y otro de un matrimonio contraído por la elección correcta de uno de los tres cofres. Una parte trata del judío prestador Shylock que quiere recobrar sus deudas de Antonio, un generoso y fiel cristiano, cortándole una libra de carne. La otra parte tiene de protagonista a Porcia que guía a su marido Bassanio a la correcta decisión de defender a su amigo Antonio y finalmente le salva la vida, ayudándole a no tener que cumplir con su contrato con Shylock.
Shylock es una creación antijudía para la audiencia isabelina que está acostumbrada a ver a los judíos como figuras cómicas al lado de los héroes Cristianos. Sin embargo, la energía y oratoria convincente de Shylock son tan grandes que se podría elevar al nivel de un héroe trágico, disculpando su crueldad como una reacción justificada al odio contra los judíos. A pesar de ello aquí su papel es más bien cómico, como demuestra su desaparición en el acto IV. La compasión Cristiana vence la venganza judía y hay razones para celebrar en el acto V.
El tema principal del Mercader de Venecia es la comparación de la apariencia con la realidad. Ya en la introducción a la obra muestra un ejemplo, cuando Bassanio se prestó, y sigue prestando, dinero de Antonio para aparentar una mejor vida, a un nivel más alto del que realmente puede tener.
Más tarde, en Belmonte, Bassanio tiene que elegir entre el cofre de oro, de plata o de plomo para ganar a Porcia, con la que quiere casarse. Resulta que el cofre de plomo es la elección correcta, mostrando que lo que parece sin valor ninguno, puede tener el mayor valor del mundo.
Otro ejemplo es de cuando Shylock le presta dinero a Antonio sin intereses pero si Antonio no logra devolver el dinero en el tiempo establecido, pierde una libra de carne. Shylock le ofrece este trato de tal manera que parece generoso y hasta gracioso, pero en realidad quiere vengarse de las humillaciones que ha sufrido de Antonio.
La obra trata además del racismo, ver como los Judíos son humillados y despreciados por los Venecianos, de la religión y también de lo atractivo de las riquezas, del oro y de la piedad de los Cristianos, que se ve claramente cuando Porcia ayuda a Antonio en el juicio, sin dañar realmente a Shylock. En el fondo le arruinan por el bien de su propia hija.
Hay dos frases claves en la obra: Una es la respuesta de Shylock a Salario, cuando le pregunta que haría con la carne de Antonio. Entonces le responde que en realidad no la quiere para nada, solo para satisfacer su venganza. También dice que aprenderá del ejemplo Cristiano para tener su venganza.
“Darla de cebo a los peces. Y si no sirve de alimento para nada mas, al menos alimentara mi venganza. Me ha denigrado y me ha hecho perder medio millón; se ha reído de mis perdidas, se ha burlado de mis ganancias, ha despreciado a mi pueblo, ha desbaratado a mis enemigos, ¿Y cual es su motivo? Que soy judío. ¿No tiene ojos el judío? ¿No tiene el judío manos, órganos, miembros, sentidos, emociones, pasiones? ¿No se alimenta de la misma comida, no se lastima con las mismas armas, no se expone a las mismas enfermedades, no se cura con los mismos remedios, no se calienta con el mismo verano y se enfría con el mismo invierno que el cristiano? Si nos hacéis un corte, ¿No sangramos? ¿Si nos hacéis cosquillas, no reímos? ¿Si nos ponéis veneno, no morimos? ¿Y si nos hacéis un agravio, no habremos de vengarnos? Si somos iguales a vosotros en lo demás, también en eso hemos de parecernos. ¿Si un judío agravia a un cristiano, que mansedumbre muestra éste? La venganza. ¿Si un cristiano agravia a un judío, cual tendría que ser su resignación, a ejemplo del cristiano? Pues la venganza. La infamia que me enseñáis la pondré en ejecución, y mal habrá de irme para que no mejore la instrucción.”
La segunda frase es conocida como cualidad de clemencia y es la más famosa en esta obra. Todos quieren salvar a Antonio de su compromiso con Shylock. Porcia le explica las cualidades de la clemencia a Shylock, y cuando este todavía la rechaza, Porcia encuentra un camino para volverlo todo contra él.
“La clemencia no es cualidad forzosa. Cae como la lluvia, desde el cielo a lo que esta debajo. Su bendición es doble: bendice al que la da y al que la obtiene. Más poderosa es en los más poderosos. Al rey entronizado mejor que la corona le adorna. Su cetro es el símbolo del poder temporal y el atributo del temor mayestático en que se fundamenta el miedo al rey; la clemencia supera la protestad del cetro. Esta entronizada en el alma del rey; es atributo del mismo Dios, y el poder terrenal mas se acerca al de Dios si la clemencia suaviza la justicia. Así pues, Judío, al reclamar justicia ten esto en cuenta: ninguno de nosotros vería su salvación siguiendo la justicia. Rogamos la clemencia, y esa misma plegaria nos enseña a emprender acciones de clemencia. He dicho todo esto por mitigar tu justiciera demanda, pero si la mantienes, la curia de Venecia tendrá que sentenciar contra el mercader.”
Porque se toma Shakespeare tanta molestia con todo el juicio para luego librar fácilmente a Antonio, mediante Porcia? Pues un aspecto puede ser que quiera meter un poco de tensión en la obra, imaginándose al público escuchando atentamente, siguiendo cada palabra de los actores, esperando el final cruel de Antonio. Porcia le lleva dando la razón a Shylock una buen parte del acto, intentando convencerle para que retire su compromiso. Puede que también ella sienta un poco de lástima por el Judío, y sabiendo que le puede quitar sus pertenencias quiso darle una oportunidad para cambiar de opinión.
La obra sin embargo no está clasificaría como comedia, sino más bien como una tragedia, dado que los temas tratados realmente no se pueden tratar con risas. Sobre todo el tema del racismo contra los judíos, las injusticias que sufre Shylock en la obra, no hacen reir sino pensar. Shylock es un pobre desgraciado intentando vivir su vida, al final se le castiga y lo pierde todo. Por supuesto no se ha obrado bien pero plantea el hecho de que si la sociedad forma también a los individuos, y si nunca se recibe el debido respeto, potencia que existan personas incapaces de respetar.
Aunque el final no sea precisamente cómico, tampoco termina en una tragedia. A Shylock le quitan su propiedad y salvan a Antonio de su maldición. Pero no muere nadie, todos (a parte de Shylock, que de todas maneras es desgraciado durante toda la obra) se van felizmente a sus casas.

Personajes de la obra:
Antonio: Un mercader Cristiano de Venecia que pide prestado dinero de Shylock para su amigo Bassanio prometiéndole una libra de su carne en caso de no poder devolver el importe prestado en el plazo establecido. Antonio, el “Mercader” que da título a la obra, acepta un contrato con Shylock . El centro de la acción de la obra está en: si no le devuelve el dinero prestado para su amigo Bassanio, Shylock puede cortarle una libra de carne. Cuando Antonio pierde todos sus barcos en el mar no tiene dinero suficiente para poder pagar a Shylock y va a juicio. Gracias a Porcia se libra de su contrato y no tiene que pagar con la libra de carne. Al final de la obra recibe una carta asegurándole el bienestar de sus barcos. Es un personaje melancólico y triste. Si nos preguntamos por qué está triste, y creemos, que no es por su dinero, dado que es un hombre muy generoso que se arriesga a perderlo todo y acepta su castigo sin resistencia ninguna, entonces la única razón por la que puede estar triste es Bassanio. Lo abandonaría y perdería todo solo por ayudarle a su amigo lo que sospecha algo más que una simple amistad, lo que a sus sentimientos por él se refiere. Entonces la verdadera preocupación de Antonio no son sus negocios, sino Bassanio. Antonio no es gracioso, en efecto hasta está triste el mismo, puede que no se sienta correspondido por su amigo Bassanio y eso le causa una tristeza profunda.

Bassanio: Amigo íntimo de Antonio que necesita 3000 ducados. Será marido de Porcia al elegir el cofre correcto. Debería ser, en teoría, el héroe romántico de la obra. En ella se trata de su persecución de Porcia, con éxito, y del peligro que corre su amigo Antonio para poder financiar esa persecución. Lo consigue todo solo gracias a la ayuda de sus amigos. Logra llegar a Porcia gracias a su amigo Antonio y su sacrificio, gana a Porcia gracias a que siga las pistas que ella le da y no es él quien salva a Antonio, sino su mujer Porcia. Es el objeto del infinito amor de Antonio y Porcia y el beneficiario de su inteligencia y amabilidad. Se casa con Porcia por amor y hace todo por conseguir llegar a ella, hasta arriesga el perder a su amigo Antonio.

Shylock: Un prestamista judío afincado en Venecia. Exige una libra de la carne de Antonio pero es obligado a convertirse en cristiano al final de la obra. Pierde a su hija Jessica y la mayoría de sus pertenencias. Aunque el título de la obra no se refiere a él, Shylock es sin duda el protagonista de la obra. Es, al menos comparado con los otros personajes, un malvado. Empieza la obra como un rico Judío, prestador de dinero, despreciado por los Venecianos por hacer dinero prestándolo con intereses, y, aún más, por su religión: los demás personajes a menudo se refieren a él nombrándolo simplemente „el judío“. Continuamente es humillado e insultado por los venecianos. Su criado le deja por un pobre pero Cristiano noble. Su hija roba su dinero y se escapa con su amante Cristiano. Finalmente, le obligan a convertirse en un Cristiano. Sin embargo la obra no se concentra en la crueldad y el rechazo que sufre Shylock sino en una de las crueldades que comete él: insistir en la libra de carne que le prometió Antonio si no devuelve el dinero. Mientras los malvados normalmente violan la ley, el “crimen” de Shylock es juzgado estrictamente. Es juzgado por su falta de compasión y finalmente, en el clímax de la obra, es burlado por Porcia en el juicio. Pero es difícil ver a Shylock como al malvado, ya que más bien parece la víctima de la persecución del antijudaísmo inhumano. Sin duda es el personaje más enigmático de la obra. Desde el principio de la obra Shylock evoluciona a ser un personaje terrífico y cruel. No importa la piedad que podríamos sentir por él, su deseo de vengarse es más fuerte que su humanidad o compasión.

Porcia: Una heredera rica Cristiana que tiene que casarse con el hombre que elija un cofre de tres, el que contenga su imagen. Se casa con Bassanio y le salva la vida a Antonio. La más parecida a Shylock, juzgando por su intelecto y voluntad, es Porcia, una mujer de Belmonte. Empieza la obra como mujer joven, bajo el poder de su difunto padre. Según el deseo de su padre tiene que casarse con el que adivine el cofre correcto, un juego establecido por él. Pero ella demuestra su inteligencia y brillantemente consigue hacer girarlo todo para su bien. Le ayuda a Bassanio para que elija el cofre adecuado, le hace prometer luego no deshacerse nunca de su anillo, al mismo tiempo le hace romper esta promesa poco después, y, lo más característico e importante, se viste de hombre para ir a juicio y librar a Antonio de su condena. Es un personaje fuerte y listo que desarrolla sus habilidades durante la obra, cosa que resulta no muy usual en las obras literarias de aquella época, donde las mujeres no fueron caracterizadas como inteligentes e independientes. Puede que sea un rasgo de la comedia, si Shakespeare ha empleado a una mujer para ser la heroína de la obra, es como si no se lo tomara en serio y quisiera hacer reír a su público.

Graciano, Salerio y Solanio: Amigos de Bassanio y Antonio. Bassanio tiene muchos amigos, pero Graciano es el más llamativo. Es ingenioso, testarudo y un poco salvaje. En la primera escena es lo suficiente atrevido como para regañar a Antonio por su tristeza. Logra atraer y ganarse a la criada de Porcia, Nerissa.
Lorenzo: Amigo de Bassanio y Antonio, amante de Jessica.
Jessica: La hija de Shylock que se escapa con Lorenzo.
Lancelot: El bufón, criado de Shylock y después de Bassanio.
Stefano y Balthasar: criados de Porcia

Elementos del personaje Shylock:

4.- Estudio del Personaje: Shylock:
4. a.- ¿Quén Shylock es en la obra. Qué funciones desempeña:
Shylock es sin duda coprotagonista de la obra junto a Porcia, la Ada buena y lista. Es el judío prestamista de la obra, básicamente es el malo inteligente y mezquino, hombre de acciones meditadas que al final todo le sale mal por ser judío. Shylock es antagónico a Antonio, el buen cristiano de corazón caritativo, bondadoso e impulsivo autosuficiente, que no le importa arriesgar la vida por su íntimo amigo Bassanio. Shylock es humillado e insultado por los mercaderes Venecianos. Mientras los malvados normalmente violan la ley, el crimen de Shylock es juzgado por su falta de compasión y finalmente, en el clímax de la obra, es burlado por Porcia en el juicio. Sin este personaje la obra no tendría trama, es el que produce casi todos los acontecimientos, llena de pasión a la obra y saca a los espectadores la necesidad de posicionarse moralmente. Inicialmente tiene el planteamiento de malo malísimo por naturaleza, como el malo de un guiñol de palo.
Aunque no se explica en la obra, era bien sabido de los primeros espectadores que durante la época de Shakespeare el préstamo de dinero era una de las pocas profesiones permitidas a los judíos, y los cristianos llevaban a cabo acuerdos diariamente con ellos, debido a que el Antiguo Testamento condena las cargas de interés en los préstamos entre miembros de una hermandad (entendido en principio entre cristianos y sus afiliados). En el siglo XVI, los cristianos veían la usura como un pecado, a pesar de que la práctica tenía indudablemente lugar. No obstante, los críticos aluden con frecuencia todavía a la profesión de Shylock como prestamista para justificar las muestras de antisemitismo en la obra.
En versiones modernas y más pulidas, el judío se hace humano, tiene motivaciones para ser así; su odio es compresible y justificado, es una maldad que se ha crisolado por los desprecios y afrentas que sufre: el desprecio de loas cristianos, el odio a su pueblo, que le hayan quitado su hija los cristianos, que le roben, que sus criados prefieran irse con otro amo aunque le paguen menos.
El pobre Shylock es un personaje complejo, con distintos matices que inician y terminan en la devoción religiosa. Requieren de un actor que despliegue una gama de recursos de crechendo a rápido decrechendo, ya que está dotado de una parte aparentemente inhumana pero realmente el más humano en virtudes y defectos, propios de cualquier individuo, sin importancia de raza o culto religioso.
Hay elementos de una profunda humanidad en el personaje; a destacar, en su legendario discurso "¿Es que un judío no tiene ojos?", en el cual defiende su derecho a la dignidad y a vengarse a su vez de los cristianos que han actuado en contra suya. Este pasaje suele citarse como una negación de la división entre judíos y cristianos, puesto que ambos buscan venganza. En las representaciones modernas de El mercader de Venecia, Shylock es tratado con frecuencia como una figura trágica, mientras que Antonio es representado como villano.
Algunos lectores se han ocupado de defender a Shakespeare de esos cargos de antisemitismo surgidos de su retrato de Shylock. Las razones para ello, son diversas, e incluyen el rechazo de cualquier división entre cristianos y judíos, expresada por el alegato de Shylock "¿Es que un judío no tiene ojos?", en el cual afirma no ser distinto que un cristiano y tener igualmente derecho a la venganza. Asimismo, la falta de clemencia mostrada por los cristianos al final de la representación revela hipocresía por parte de éstos. Algunos eruditos sugieren también que Shylock es mostrado con cualidades humanas y que se convierte en un personaje comprensivo, en particular cuando conoce la traición de su hija Jessica y la pérdida del anillo de su difunta esposa. Algunos han alegado que la conversión forzada es un intento de Shakespeare por crear un "final feliz": el alma de Shylock se salva y a su vez los cristianos han servido a Dios.
Es de destacar que en el siglo XVI los judíos eran casi universalmente detestados por las naciones cristianas, e Inglaterra había expulsado a todos los judíos unos 300 años antes de la época de Shakespeare. Gran parte de las referencias que quedaron fueron relatos cargados con sentimientos antisemitas que van desde la exageración hasta categóricas falsedades que describían a los judíos como ruines y despreciables. A pesar de que Shakespeare se formó en un ambiente tal, se las ingenió para retratar a Shylock como un ser humano, algo imposible de decir en relación con Barrabas, el personaje al que se refiere el título de la obra de Christopher Marlowe, The Jew of Malta (El judío de Malta), escrito solamente unos pocos años antes que El mercader de Venecia. Se considera que la obra de Marlowe ejerció gran influencia en Shakespeare, pero teniendo en cuenta el clima político de la época, éste se muestra situado mucho más avanzado a su tiempo.
En resumen, Shylock es así porque sólo recibe desprecio de los comerciantes venecianos que son mayoría, tiene el refuto de su religión, su gente, su casa donde manda y su hija , su bien más preciado en el exterior sólo es libre en la sinagoga, único punto de referencia que le permite confía en los suyos. La obra tiene la moraleja de la bondad de conversión de los judíos, ya que por su naturaleza estos son intrínsecamente malos. Es muy aleccionador la lectura de “La catedral del mar” de Ildefonso Falcones, novela (no muy buena) ambientada en Barcelona del siglo XIV, con problemas similares, donde si bien el protagonista es un cristiano, vemos como se enriquece gracias a la amistad con un no cristiano al que ha salva a sus hijos del linchamiento de cristianos enfervorizados por la creencia de que los judíos habían propagado la peste, y que este, en agradecimiento, le enseña la profesión de cambista con la que se hace rico. Esta profesión encubría a los prestamistas y simulaban una modalidad de usura. También describe el libro el funcionamiento del con el sistema comercial marítimo de la época. La ambientación y modos de vida son muy similares al que debió de existir en el tiempo del Mercader de Venecia.

4.b.- Análisis del puente o Arco del Personaje:
Shylock entra en la obra con Bassanio en el acto 1 escena 3, quien le está pidiendo dinero poniendo a Antonio como fiador, con el que había hablado antes, es un usureo prestamista hábil, presiente el futuro y sabe sacar provecho de ello, se sabe odiado por los nobles cristianos ricos de Venecia como Antonio, para cerrar el trato solicita hablar con Antonio y Bassiano se adelanta invitándole a cenar. El judío se niega orgullosamente anteponiendo sus costumbres hebreas, cuando entra Antonio. Aquí el judío delata al público su odio a Antonio por ser un rico cristiano de Venecia, que como todos siempre le han ofendido, por prestar dinero sin intereses, desbaratando sus negocios (que lo dirá en el monologo) por que quiere vengar el odio a su pueblo, por que se burla del el ante los demás mercaderes. Quiere Venganza. En esta etapa, Shylock se muestra ruin, rastrero pero respetuoso y comedido al cerrar el trato. Antonio se vanagloria de no pedir ni solicitar intereses, pero ahora pon necesidad imperiosa de su amigo, se ve obligado a pedir el préstamo al judío. Shylock justifica el beneficio de conceder un préstamo con una imagen bíblica de obtener lucro sin robo. Y Antonio se burla, el judío muestra la humillación a que es sometido, pero Antonio es un orgullo noble y no se baja del burro y se considera su enemigo, sigue despreciando al judío. El judío tiene rabia interior y está dispuesto a arrastrar a Antonio al infierno. Plantea ir al notario poniendo como chiste en el aval la libra de carne de Antonio a los 3 meses estipulados. Antonio orgulloso y chulito sobrado acepta. Shylock da la oportunidad a Antonio de cambarlo por su amistad. Pero el orgullo de Antonio no cede y mantiene el envite, quiere cambiar al judío sus métodos de usura. Bassanio sospecha de la maldad del judío. En esta parte vemos un Shylock astuto, orgulloso, comedido, busca el provecho de la estima que le es negada y no flaquea en poner a su enemigo pendiendo de un hilo bajo la espada.
La segunda vez que se presenta Shylock es en el Acto 2 Escena 5, cuando tiene que ir a cenar con Bassanio y se ve prepotente y le reprocha a Lancelot su antiguo criado, da instrucciones a su hija Jessica para que tenga cuidad con la mascarada ya que es carnaval y el judío quiere que su casa quede al margen, pero Lancelot le da pistas de que vendrá el cristiano Lorenzo a llevarse a Jessica consintiendo ella, la hija del judío junto a parte de su dinero. El judío Shylock es engañado. En los postreros días la rabia del judío hacia los nobles cristianos de Venecia se debe haber incrementado por 10.
La tercera aparición del judío Shylock es en el Acto3 escena 1, Cuando Solanio y Salerio están hablando de las perdidas de barcos de Antonio y el judío entra echándoles en cara la huida de su hija Jessica y ellos se burlan y preguntan por las perdidas de Antonio, el judío está enterado de la situación económica de Antonio que no tiene nada y cree que todo lo ha perdido en el mar. Se burla de la situación de Antonio y recuerda su deuda: ¡Que vele por su pagaré! Salerio cree que el judío no será capaz de cobrar la deuda en carne, sobre todo, por la inutilidad de tal demanda y es cuando viene el monólogo famoso que debo preparar, como contestación orgullosa y con los motivos expuestos que lo justifican. Después entra un sirviente de Antonio solicitado que Antonio quiere hablar con ambos caballeros cristianos que salen. Entra el judío confidente Tubal de Shylock que está buscando a su hija y hablan de los desastres navales que afectan a Antonio. El judío Shylock por un aparte se lamenta de la perdida de su hija y los diamantes que ella se llevó y se alegra de los desastres navales de Antonio y que posiblemente tendrá que declararse en quiebra. Con la cantidad de rabia acumulada, Shylock se alegra por que va a acosarle, a torturarle y ordena a su confidente que contrate a un oficial de justicia 15 días antes de cuando termina el plazo de vencimiento del pagaré. Se verán en la sinagoga, antro de ratas que mal maquinan.
Shylock vuelve a aparece en el acto 3 escena 3, después de que Bassanio y Portia antes de casarse hayan recibido la noticia de la situación de la deuda ya pasada de Antonio y está en camino Bassanio para rescatar a su amigo Antonio de las garras sádico-económicas del judío. En la cárcel está ya Antonio cuando entra el judío con Solanio. El judío tortura sicológicamente a Antonio solicitando su pagaré en carne. Antonio se resigna y no solicita más plegarias inútiles al judío, Solanio maldice al perro judío y espera que el Dux evite que la pena se cumpla. Antonio no lo tiene tan claro sólo espera poder despedirse de su amigo Bassanio al que ha enviado una carta. Después en la escena 4, Porcia plantea la estrategia para salvar a Antonio con disfraces aunque todavía no está definida su estratagema.
En el Acto 4 se produce el juicio, donde intervienen: el Dux, Antonio, Salerio, Bassanio y el judío Shylock aparece por última vez, después entrarán el joven juez sustituto y su pasante. El Dux pide que el judío sea clemente con Antonio. El judío persiste en que la ley se cumpla y recuerda sus derechos por que cubren su pasión de odio de judío y no da razones salvo su odio por Antonio. Antonio hace notar lo inútil de tratar de convencerlo. Aunque Bassanio multiplica la cifra de la deuda por tres, el judío quiere su pagaré en carne. Shylock hace ver al Dux que no necesita clemencia, que los venecianos tampoco la usan. Salerio sale por la carta del Doctor Belario y entra disfrazada de pasante Nerissa la dama de compañía de Poncia. Shylock afila su cuchillo creyendo que la ley le amparará. Graciano acusa e insulta al judío de usar su acerada envidia hacia Antonio. El Dux hace entrar a Poncia disfrazada del joven juez en leyes de nombre falso Baltasar y lee la carta enviada por el juez Belario que recomienda a Poncia disfrazada del joven juez Baltasar. Poncia establece y fija el procedimiento legal, solicitando la clemencia del judío que se niega. Poncia fija la obligatoriedad de cumplir la sentencia y el judío se alegra y dice que ha jurado y exhorta al joven juez que se cumpla la ley porque el no piensa cambiar de opinión. Inician el procedimiento, el juez recuerda que debe tener una balanza y un cirujano que cierre las heridas. Antonio se despide de Bassanio. Los cristianos valoran más la vida de Antonio que su vida y la de sus esposas (disfrazadas) El judío se jacta y ve el poco valor que dan los cristianos a sus esposas. Porcia indica al judío que proceda a cobrar en carne su deuda. Todo está listo, pero hay algo más, el pagaré no otorga ni una pizca de sangre cristiana, si es derramada, todos sus vienes quedarán confiscados. El judío cede, solicita el triple del valor, lo ofrecido, pero el joven juez establece que la ley debe cumplirse a raja tabla, sin derramar una sola gota de sangre y en el peso justo, de lo contrario, debe morir el judío y todos sus bienes deben ser confiscados. El judío sólo pide la suma adeudada, baja sus pretensiones. Pero el joven juez disfrazado es implacable “Tendrá sólo justicia y el pagaré” El judío cede, se quiere ir, pero Poncia disfrazada no lo permite, Se saca otra ley de la manga, y le acusa de haber puesto en riego la vida de un Veneciano, por lo que debe embargarse la mitad de sus vienes y queda su vida en manos del Dux. El magnánimo Dux (que no se entera del engaño) habla y le perdona la vida al judío pero la mitad de sus vienes pasarán a Antonio y la otra mitad para el estado, claro que si pide perdón sólo será una multa por las molestias causadas. Pero el bueno de Antonio le deja la mitad y la otra mitad para el cristiano que se llevó a su hija. ¡Qué bueno! y que se haga cristiano, faltaría más. Se va el pobre jodido judío. Al Dux tanta emoción le ha abierto el apetito, invita a cena. Pero hay prisa, no vaya a descubrirse el engaño tan pronto, y el joven juez quiere irse. Antonio: paga, se lo debes. El juez no quiere nada, por pesaos sólo aceptan guantes y se encaprichan de los respectivos anillos de amor. Después se pasa al rollo de los anillos, donde quedan en evidencia al regresar a casa, y les obligan a que sean cuidadas por que como venga los poseedores de los anillos, se van con ellos. Bassanio debe jurar ante Antonio un nuevo anillo por su amor y se dan cuenta que es el mismo. Y les engañan a pensar que se han acostado con el juez y pasante. Son unos cornudos con sus propias mujeres, pero la carta de Belario aclara la verdad. Además, o maravilla de los finales felices, han llegado los 3 barcos de Antonio. Pero lo justo es lo justo par los cristianos…Nerissa entrega el acta firmada por el judío a su hija Jessica ya cristiana. Y todos se pueden acostar con sus mujeres felices y contentos.

c.- ¿Qué opinan Shylock de los demás personajes?:
El no confía en nadie, con su gente baja un poco la guardia, pero cuando habla con los cristianos parece ido, y es que se piensa cada palabra que oye varias veces. No olvida nada de lo que oye. Es orgulloso soberbio aunque sabe fingir con falsas palabras de modestia, pero sus gestos lo delatan. Parte del principio de que todos los cristianos son falsos, mentirosos y tratan de engañarlo. Se asegura varias veces un trato antes de sellarlo. Este sería su opinión de los demás personajes:

Antonio: Es de los peores, un pavo real cristiano, tiene el asqueroso nombre del que raptó a mi esposa, sus modales, su altanería. Encima no para de insultarme, desprecia mis negocios, se cree superior y con derecho a desbaratar todos los acuerdos a que llego, va por ahí prestando dinero sin cobrar intereses, todo para hacerme quedar como un monstruo. Cuando me cruzado con él, en el mercado me hace una muesca de disgusto. No puedo hacerle un feo porque se relaciona con el Dux. A veces trato de saludarle y me evita. ¡Qué se habrá creído este hijo de cien rameras! Se cree el sol de Venecia pero caerá bajo mis pies como piso esta góndola que me lleva. Debe desaparecer, tengo que ver la manera de que no interfiera con mis negocios, evitar que enturbié con su larga mano los acuerdos comerciales de Venecia, él o yo no hay más alternativa. Es un peligro para mi pueblo, es de la opinión e que nos expulsen de Venecia, a mí que llevo más de cinco generaciones conocidas enriqueciendo a esta desagradecida ciudad. Es un burro que ni contar sabe, y va de listo, sin conocer mundo, nunca ha salido de Venecia y se cree un sabio del comercio de ultramar, pero yo le haré morder la suela de mi zapato. Además creo que es un hombre aberrado “un abominable” siempre está rodeado de jóvenes venecianos que le lisonjean y en sus miradas he visto la lujuria. No debería vivir. Pronto acabaré con sus groserías y dejarás de ser una maldición divina para mi y para mi pueblo.

Bassanio: Otro cristiano más, pavo sin posibles, no tiene dónde caerse muerto. De vez en cuando usa mis servicios, cumple alargando los plazos y dando sablazos a sus amigos. Es muy querido de Antonio. Por este pollo puedo llegar al gran pájaro y propiciar su caída.
Porcia: Es una rica heredera veneciana, con su padre tuve tratos muchas veces hasta que murió de gota. Dicen que es muy lista y sabida esta doncella, aunque de nada le servirá en esta ciudad. Ahora está buscando marido, y un buen pellizco se llevará quien la pille. Para ser cristiana se sale de lo común, no me importaría hacer tratos con ella. Aunque todos los de su estirpe son unos orgullosos.

Graciano: Es otra rata cristiana que me saluda sólo por el interés. Un vil siervo, pero es listo el muy zorro. Siempre está husmeando detrás de las puertas.

Salerio: Otro amigo Antonio, cristiano, algún trato he hecho con él ronda mucho por las plazas buscando algúna oportunidad de éxito. No trabaja.

Solanio: Alguna vez me ha pedido dinero prestado. Es como un ratoncillo.

Lorenzo: Se que es un cristiano de doble cara, conmigo se hace el cortés. Claro que no ofenden a mi credo ni mi gente, es tolerante y por ello soportable. Aunque tiene fama de conquistador de mujeres y no le falta razón, es de buen parecido. Alguna vez hemos hecho negocios. Me presenta a sus amigos, pobres ratas de mucho boato y pocos dineros. Me es útil como intermediario, muchos ni se acercarían a mí y este Lorenzo me sirve para contactar con otros. Anda rondando por mi hija, un día de estos le tengo que parar los pies.

Jessica: Es mi hija mi joya más preciada, algún día la casaré con un rico miembro de nuestra gente. Ahora anda un poco despistada por la juventud, esto me obliga a atarla en corto, pero ya se asentará con los años y hasta es posible que encuentre un buen marido y me regale nietos que perpetúen mi casa. Le he educado en nuestra fe, aunque tiene algo del carácter de su madre, a la que no puedo nombrar. Estoy en tratos con varias casamenteras de aquí y otros asentamientos de mi pueblo en ultramar, espero que pronto reciba noticias y puede elegir al que más le convenga, también estoy preparando la dote para que sea apreciada por algún hombre de fe.

Lancelot: Es un pobre diablo al que mantengo por lástima, es mi bufón, me sirve de descarga contra todos los agravios que me hacen los cristianos durante el día. Por mal que le trate sigue siendo un cristiano cobarde. Se cree listo, sé que está en tratos para servir con este tal Bassanio el amigo íntimo de Antonio, otro cristiano de ínfulas y pobre. No sé que le va a dar de comer este nuevo amo que se está buscando, si no tiene ni para él. Este criado, cuando le humillo, siento en sus ojos su odio soterrado, no se puede uno fiar de estos cristianos. Si le des de comer con la mano, son como perros, te muerden la mano. Hallá él que se pudra de hambre con su nuevo señor.

d.- ¿Qué opinan los demás personajes de Shylock?:
La opinión de los demás personajes, esta dividida, para los ricos comerciantes venecianos, es un judío enriquecido a sus costas gracias a la usura, que abiertamente se supone no estaba permitida a los cristianos o no querían asumirla. Entre los judíos, Shylock es un importante personaje de su comunidad, uno de los más ricos y altamente experimentado en hacer tratos con los gentiles. Así, si hiciéramos una encuesta de opinión ente los demás personajes sobre lo que piensan de Shylock, en los momentos previos a lo que ocurre en la obra, con micrófono en mano; estas serías las posibles respuestas:

Antonio: Alguna vez me he cruzado con él, trata de saludarme el muy avaro para llamar mi atención pero yo paso. Es un ser oscuro y patético, Yo suelo levantar la nariz como respuesta… Es un judío - ¡Qué vamos ha decir! -. Nos han quitado muchos clientes, se aprovechan de nuestra fe y nuestros negocios, Pretenden ganar dinero sólo prestándolo, sin hacer nada, no trabajan. Son como buitres, unos aprovechados, es un usurero que necesita el apoyo de las masas, toda su riqueza la ha conseguido robando a los pobres. Se aprovechan de hablar las lenguas de los infieles, esto nos obliga a que tengamos que contar con ellos en las transacciones comerciales en los puertos de oriente. Son todos iguales unos tacaños usureros, Lo único que les salva es que sus mujeres son guapas. Este judío, por ejemplo, tiene una hija que según me han dicho está para comérsela. Si puedo, evito hacer tratos con ellos. No sé como se las apañan, pero siempre salen ganando estas sanguijuelas. Ahora mismo tengo varios barcos de viaje, gracias a Dios a mi no me hace falta dinero, pero en los puertos donde compro la mercancías, mis capitanes tienen que negociar a través de otros judíos que están compinchados con estos. Así siempre ganan ellos. No nos queda más remedio que tolerarlos ya que están bajo la protección directa del Dux. Viven maquinando maldades en su sinagoga como ratas. Son una autentica desgracia, una maldición divina.

Bassanio: Es un judío más, de los más ricos de Venecia, no es de los peores, tiene una hija que no parece judía, ni su hija. En caso de suma necesidad no queda más remedio que acudir a ellos. En confianza, alguna vez he tenido que pedirles dinero, y salvo por lo que te cobran de más, no suele haber problemas con ellos. Pero no hay que fiarse, no tienen corazón ni alma, son unos infieles.

Porcia: Es un judío importante. Mi difunto padre hizo algunos negocios con él, no tuvo problemas. Las veces que le he visto, parece un ser triste y amargado, siempre de negro y con esa mirada huraña e inquita. A mi no me inspira mucha confianza. Con los judíos como este se puede hablar, pero hay que mantener cierta distancia y cuidado, son muy listos, tienen costumbres paganas y no hay que oír sus ideas religiosas ni practicar sus costumbres. A sus mujeres no se las ve, aunque me han dicho que algunas son muy guapas, se que este tiene una hija muy agraciada.

Graciano: A los judíos hay que darles de comer aparte, no comen nada más que cosas raras bendecidas por sus rabinos. Eso si, tienen unas mujeres hermosas, aunque no son fáciles de conquistar. Pero con empeños y halagos no hay mujer que se resista. Yo tendré que probar con alguna. De los judíos es mejor no fiarse, por algo esconden a sus mujeres pero a mi me gustan cristianas. Ya se que por mi situación económica y mis ducados, yo no puedo pretender mujeres muy ricas, pero nunca falta un roto para un descocido, de hecho conozco a una muchacha que acompaña a una Señora de alcurnia de nombre Nerissa, con la que sueño toda las noches desde que la vi pasar en una góndola con su señora.

Salerio: Yo me llevo bien con todo el mundo, este Shylock es un poco taciturno, no habla mucho, siempre está calculado, y mirando como sacar provecho de todos los negocios en que está metido, por eso se ha hecho rico. Tien una hermosa hija que esconde en su casa como su mayor tesoro y la chica desde luego no lo desmerece.

Solanio: A ese judío alguna vez le he visto pasear con mi gran amigo Bassanio, estos judíos son muy listos, visten de luto y son muy rico, claro que a nuestra costa. Viven de desplumar a los cristiano. Y en estos tiempos la mayoría estamos apurado de ducados.

Lorenzo: Yo no puedo hablar mal de los judíos, De hecho este es buen hombre, un poco taciturno porque perdió a su mujer cuando nació su hija. Aunque las malas lenguas dicen que se fugo con un cristiano y vive en Castilla, donde la larga mano de los judíos no puede llegar. En alguna medida y por intereses comerciales conjuntos, Shylock me ha abierto su puerta y hemos realizado negocios juntos. Yo muchas veces gano alguna comisión que me abona por empresas comanditas que montamos, es riguroso y siempre responde adecuadamente cuando hago tratos en su nombre con otros cristianos y siempre me pagar un porcentaje fijo de la transacción, conozco a su hija, es la flor más perfumada de toda Venecia, no parece judía, podría pasar por una patricia, algún día viviremos juntos. Ella está dispuesta a dejar todo por estar conmigo, me ha prometido ser cristiana, ya tengo apalabrado a un fraile para que la bautice y nos case. De todas maneras es una lástima que estos judíos sean tan tacaños y rigurosos con sus mujeres. Ya podría dejarme algo de dota este judío si me llevo a su hija Jessica.

Jessica: Soy la única hija de Shylock, me habéis jurado que esta conversación no llegará a oídos de mi padre ni de ningún otro mortal, mi padre me mataría si se entera que he hablado del él con alguien. Yo vivo enclaustrada en su casa, rara vez salgo a hacer algún recado o a comprar, nunca sola. Estoy rodeado todo el día de esclavas árabes y un esclavo renegado cristiano Lancelot que mi padre tolera con la osadía de usarlo de bufón, es una más de las formas de vengarse del profundo odio que tiene hacia los cristianos. Yo me he criado con amas de todas las religiones, principalmente árabes, pero ahora que me doy cuenta de cómo vivo, siento que estos muros me oprimen, me asfixian, ahora que estoy en la flor de la vida, no puedo soportar esta cárcel. Más de una vez he pensado en suicidarme para no tener que aguantar la dureza de mi vida. Vivo entre criados desde que nací, a mi padre sólo lo veo en el desayuno y la cena, pero es como si no existiera. Mi padre es un egocéntrico, sólo se quiere asimismo, nunca tiene una sonrisa, ni una palabra de consuelo. Es duro y ruin como una piedra. Sólo me da órdenes, consejos morales y de comportamiento. Él sólo vive para los rezos y los negocios. Controla todo hasta el más mínimo detalle. De mi madre se poco. Siempre he vivido con la idea, contada por mi padre de que murió al nacer yo. Ahora dudo, ha llegado a mis oídos que ella se fugó con un cristiano. Pensándolo bien, no me extrañaría, más conociendo a mi padre. Por otra parte, me contaron las viejas mujeres de la sinagoga, que mi padre, de joven, no era así. Dicen que venía de una familia humilde que arribó procedente de Barcelona y que con trabajo y tesón se hizo un lugar prominente en la comunidad judía de esta ciudad. Que el carácter se le agrió después de la muerte de mi madre. De todas maneras a mi me tiene destrozada la vida. Me he enamorado de un caballero cristiano y no sé que hacer; si fugarme con él o seguir aquí sufriendo.

Lancelot: mi vida es muy miserable, mirarme dónde he acabado, trabajando como bufón para este vil judío que mal me alimenta y no deja de atizarme con sus improperios. No he podido caer más bajo. Me paso todo el día soportando sus insultos, burlas y desprecios. En mí, desprecia a todos los cristianos. Sólo lo soporto por la paga y la comida, que aún no siendo mucha, al menos no muero de hambre. Este hombre no tiene alma, es la misma imagen del diablo. Estoy en tratos con un noble señor llamado Bassanio, no me importa que no me pague, si consigo que me alimente, me iré con él y dejaré a este judío que reviente con su odio a los cristianos. No sé porqué nos odia tanto, debió pásale algo malo en su infancia, o quizás fue un mal de amores, sino no se entiende tanto odio. Su hija es diferente no parece judío y no creo que aguante mucho tiempo la encerrona en que vive.

Escucha realizada a escondidas entre el Rabino Leone Modena, y Shylock en la sinagoga de Venecia:
Esta conversación se transcribe integra, ocurrió en el patio frente a la sinagoga de Venecia:
Leone Modena: No deberías vivir tan apesadumbrado, HaShem (Díos) todo lo provee.
Shylock : Mi querido Rabbí tu conoces bien mi vida, ya nada espero. Como dice la Torá todo es vanidad.
Leone Modena: Aunque en La Torá busques consuelo, tienes que vivir tu vida, tiene una hija, estamos tus amigos, formas parte de nuestro Sanedrín, tu negocios marchan como nunca. Deja ya de torturarte y olvida el pasado. Debes pasar de página, HaShem no nos trajo a este mundo para vivir en el rencor.
Shylock : Mi mente te quiere seguir, pero mi corazón, no. Es tanto el dolor acumulado por la ofensa que nada me calma. Aunque más de 15 años han pasado, todavía recuerdo sus caras y el Nombre maldito de Antonio del capitán cristiano en que había confiado mi honra y mi casa. No hay día ni noche que sus imágenes no maldiga y con ellos a toda esta ralea de falsos gentiles.

Leone Modena: La inquina que tu sufres ya debería terminar. No es buen que el hombre viva para el odio. Fue mucho el daño que te cause ese capitán castellano llevándose a tu esposa en una de tus naves. Nuestro pueblo es el elegido y por eso HaShem nos somete a terribles pruebas en esta vida. Tienes que rehacer tu vida, tú eres uno de nuestros pilares de nuestra comunidad, eres ejemplo de comportamiento, y debes ayudar a que se te vea como un hombre recto, pero capaz de superar las crisis más duras. Búscate otra mujer que te alegre la vida que te queda.

Shylock : Lo que me pides es superior a mis fuerzas, yo sólo soy un hombre; ahora ya un hombre sin muchas pretenciones. Di demasiado a una mujer que no se lo merecía, mi mente no alcanza a comprender que hice mal, cómo ella pudo dejar su pueblo, su casa, la hija de sus entrañas, para seguir a un loco del la guerra y ser su concubina, quedando muerta para nuestro pueblo, ha rechazado a nuestro. HaShem. No la nombro. Ya sé que estará siempre maldita. Pero ¿Qué le hice? ¿Qué le hice? ¿No le dí todo lo que era mío? ¿No la traté con el mejor trato que reciben nuestras mujeres? Nunca aplique la norma “no es bueno hablar mucho con una mujer” y que mal se me pagó. No como las cristianas que acaban en lupanares. ¿Por qué buscan la fuerza, la ira de estos cristianos, aun sabiendo que nunca las harán felices? No me veo con fuerzas para enfrentarme a otra relación, prefiero morir en paz y no tener que luchar con otra mujer que podría volver a ser la reencarnación de otro diablo.

Leone Modena: Es verdad que ya el Talmud en sus primeras páginas lo dice: “La mujer es impura, por ello sangra” es casquivana y debes ser conservada bajo siete llaves, no la muestres nunca en público. Y tú no hicisteis caso de nuestros consejos, y por eso HaShem nos castigó. Pero ya has redimido tu culpa con creces. Olvida el pasado y piensa en tu futuro y el de tu hija.

Shylock : No puedo, HaShem lo habrá dispuesto así y ahora me castiga con el enorme parecido que tiene mi hija a su madre, su rostro, sus andares, los mismos gustos, virtudes y defectos. Rabbí no sé que hacer.
Así hablaros los dos judíos mientras paseaban entre las columnas de su rico templo.

e.- Justificaciones de sus acciones:
Las acciones de shylock ni son nobles ni ruines es si mismas son humanas, muy humanas condicionadas por su situación, su tiempo y el lugar. Como judío que se precie, busca el beneficio personal y el de su casa, valora mucho la estructura familiar. La familia ha sido siempre su torre de protección y descanso. Ha tenido la desdicha de que en un momento dado, cuando empieza a ser dueño de su vida, poco después de tener su hija, su mujer le abandonó y se fugó con un cristiano a tierras donde no puede llegar su mano; Castilla. Por otra parte, si bien ha estado muy pendiente de la evolución y educación de su hija, tiene una gran duda en su corazón, la sospecha de que la niña a la que educa, pudiera no ser hija suya, sino del cristiano con el que se fugó su mujer. Esto le produce aún más un profundo odio a los cristianos, que al mezclarse con el miedo natural que se fue impregnado toda la comunidad judía, le llevan a un estado irreal y paranoico. Por una parte quiere que se le reconozcan sus logros y éxitos comerciales, por otra siente que por ese mismo éxito es aun más despreciado. El sentir rechazo de la mayoría cristiana y las humillaciones sufridas le atormentan, le hacen ser desconfiado y se sabe diferente pero juega con los sentimientos más humanos para tratar de despertar compasión cuando le interesa. Sus signos de identidad son la osadía y la furia. Tiene una profunda rabia y un miedo justificado a los gobernantes al que trata con cautela, pero se sabe listo y capaz de utilizar las leyes y normas a su favor. Sabe que Venecia se rige por leyes muy estrictas que hasta ahora han evitado los enfrentamientos directos. Y se sabe lo suficientemente listo como para poder utilizar las leyes en su provecho. No conseguía quitarse la marca de haber sido humillado, lo llevaba en la frente. Por ello es un hombre reservado, de modales correctos y educados pero justos, que utiliza una imagen de nobleza con gente extraña. Por otra parte, gracias a sus dotes de observación y la experiencia acumulada obtenido del trato diario con personas de todo tipo de condición y culturas, sabe a que mundo pertenece sus interlocutores, y obra en consecuencia. Puede llegar a ser violento en las discusiones cuando tiene confianza, es retraído y no suele intervenir, pero cuando le tocan algún tema que le es sensible, y sabe que no corre riesgo alguno, puede tener una lengua afilada y muy mordaz. Tiene a mucha honra el pertenecer al pueblo elegido de HaShem (Dios) y nunca reniega de sus orígenes judíos. Cuando trata con los cristiano da una imagen reservada pretenciosamente bondadoso y humilde pero que se nota forzada y falsa. Dona grandes cantidades de dinero para acondicionar la sinagoga, vende su imagen, sabe de su importancia, presta dinero a sus compatriotas sin interés como favores personales, simple que no sean grandes sumas; esto lo usa, para ganarse el respeto de su hermanos de fe y un nombre entre la comunidad judía. No le tiembla la mano si tiene que arruinar a alguien en su provecho. Cree que la vida es así, que los inteligentes y los fuertes se imponen de manera natural y se sabe poseedor de una clara inteligencia, se cree estar en este grupo de elegidos, que sin aspavientos controlan su mundo conocido. Su odio desmedido por Antonio es visceral, le viene de que este representa para él, todos los comerciantes cristianos venecianos que le han ofendido y burlado, y del hecho menos racional, de que este, tenga el mismo nombre que el hombre que raptó a su mujer.

f.- El superobjetivo de Shylock en la obra:
Quiere que se le reconozca como un igual entre los mercaderes de Venecia. Quiere sobreponerse con la astucia al miedo y la humillación que los comerciantes, representado por Antonio le han infringido. Eso le lleva a desear venganza y restitución de su superyo.

g.- Historia previa del Shylock
Viene de una familia judía asentada en Venecia desde hace cinco generaciones, familia dedicada al comercio con ultramar y la banca, han vivido siempre en la isla de Getto, nunca se ha integrado en la sociedad de Venecia, en parte por rechazo y en parte por voluntad propia para preservar su religión, sus costumbres y su tradiciones, siempre han vivido en una casa cerrada con una única puerta y con un patio interior. Su familia se sabe y siente diferente de la mayoría cristiana de la ciudad, sólo han tenido relación con los gentiles por motivos comerciales. Por otra parte la familia siempre ha sido conciente del desprecio que los Venecianos han ido acumulando contra ellos y esto ha ido en aumento con la competencia en el transporte marítimo, esto no ocurría cinco generaciones anteriores, cuando Venecia era principalmente un puerto de pescadores. Todos los judíos de Getto han venido sintiendo la paulatina merma en derechos que han venido sufriendo su pueblo. Últimamente, agravada por la fuerza que va tomando la inquisición y por su maligna influencia en los gobernantes, ya que El Dux, como en muchos pueblos de la época, consideraban a los judíos como protegidos directos de los monarcas, ya que muchos desempeñaban puestos de confianza y responsabilidad por su preparación, como médicos y escribanos. Pero esto ha cambiado paulatinamente por presión del papado que ha articulado la inquisición para combatir la pureza en la fe cristiana, propiciado el alejamiento paulatino de la protección del Dux. Shylock aún tiene vivo el recuerdo del ultraje y agravio llevado hasta la muerte de uno de sus pocos amigos no judíos: Giordano Bruno. He ahí una prueba más de su relación de odio y miedo hacia los cristianos con los que hay que ir con mucho cuidad. Giordano Bruno que fue acusado falsamente y sentenciado a muerte en Roma donde fue quemado con saña. Su infancia también estuvo marcada por la humillación cristiana. Hijo de un rico comerciante judío, muerto en un naufragio cuando tenía seis años: A tan temprana edad su educación pasó exclusivamente a ser responsabilidad de su madre, quien le procuró una educación humanista, amplia y útil para el comercio, de modo que en el futuro le permitiera hacerse cargo de la hacienda familiar, que integraban: Representantes de ultramar, bazares, taller de orfebrería dónde trabajaban los metales nobles y piedras preciosas, puestos en la lonja, y el más importante: el banco que heredaría del padre, el banco no era nada más que una autorización administrativa concedida por el Dux, para poder cambiar dinero, pero que de hecho permitía cualquier tipo de operación comercial. De este modo su educación requirió de varios tutores cristianos, judíos y árabes, que le enseñaron latín, árabe, geografía, retórica y filosofía y por supuesto, los libros sagrados en donde está normada toda actuación de un judío. Parte de esta formación exquisita fue recibida junto con otros hijos de ricos venecianos, aquí comenzó a sentir las villanías de los demás compañeros. Después en la escuela comercial de Venecia se educó principalmente en el arte del comercio con ultramar. En este período fue cuando más notó la soledad y la humillación de ser judío, el odio y la envidia de sus compañeros, hijos de otros ricos comerciantes, pero que no tenían su nivel económico. Siempre era apartado en los juegos en las horas de asueto, los profesores cristianos hacías la vista gorda y no hacían nada por remediarlo. Se casó joven a los 18 años, con una joven hebrea que había venido del reino de Valencia, como toda boda judía, fue pactada, preparada y definida por su madre, él sólo tuvo que refrendarlo. A pesar de todo, gozó de una inicial paz interior el primer par de años de matrimonio, vivió el arraigo familiar, pero dos años y dos meses después de su boda, la muerte de su madre, le sumió en una profunda melancolía del que sólo salió al enterarse del próximo nacimiento de un hijo. Tuvo la frustración primera de que no fuera varón, y después, vino la terrible humillación del abandono, la fuga de de su mujer con el cristiano al que había abierto las puertas de su casa. Nunca acepto ni comprendió los motivos de este agravio, sin motivos aparentes. Se quedó solo y al cuidado de una niña. Todo su mundo se vino abajo, ya no volvió a ser el mismo ni a sonreír, de dedicó impulsivamente a llenar su tiempo con el trabajo. Su fortuna se incrementó sustancialmente. Pero su corazón se volvió frío y calculador. Todo pasó a ser utilizable y manipulable para obtener beneficios. Sabía del valor de las apariencias y lo utilizó en su beneficio. Pretendía dar una imagen de hombre recto y magnánimo, honesto y clemente. Dando donativos en público como si fuera un gran esfuerzo, pero que en realidad correspondían a pequeñas cantidades que no mermaban en absoluto su patrimonio. De este modo, aparentaba siempre compasión y piedad pora con los pobres y desvalidos. De todas maneras era muy conciente que en la Venecia que le había tocado vivir, todo se regía por las apariencias y él era un maestro en ello. Tampoco era un monstruo, si podía ayudar a su gente con poco esfuerzo, lo hacía. Así y todo, su rostro no negaba la evidencia de su patente desprecio, inevitable hacia los cristianos.

Un día corriente en la vida de Shylock:
Se levanta temprano, duerme poco y mal, se queja de que por las noches pueden estar entrando ratas o ladrones en su casa, tampoco se fía de los criados, y eso que en su mayoría son árabes y su religión les prohíbe específicamente no robar. A las seis ya está revisando en el almacén principal de su palacio la mercadería más preciosa que llegó por la tarde noche. Un tropel de criados le siguen solícitos para obedecer sus órdenes. Tiene varios contables que pluma y libro en mano van anotando todo lo que se le ocurre. A las siete despacha el correo da ordenes a sus capitanes si están en la ciudad, indicándoles con mucho detalle, los pormenores de sus próximas misiones, Se cuida de hace constar por escrito los puntos más importantes, con amenazas de despido y descuento del sueldo si se produjera algún contratiempo por no haber atendido a sus consejos. Si no tiene capitanes navales, despacha con los encargados de sus comercios en Venecia, a los que les ha hecho venir previamente. A las 8 sube marcha a la cocina donde ya le está esperando su hija, las amas y los en criados de mesa, desayuna e imparte ordenes respecto a su palacio, revisa las cuentas de gastos del día anterior. Recibe las propuestas de los gastos de este día, saca el dinero y lo da a la ama de llaves para que disponga los gastos corrientes de comida y de servicios. Pregunta y da instrucciones a su hija y se retira a sus aposentos para cambiarse para ir la ciudad. Vestido siempre de negro y con un buen talego de ducados, sube a su góndola encaminándose al centro de la ciudad, suele ir sólo preparando y meditando los negocios. No habla con los gondoleros, sólo da instrucciones de la ruta a seguir si tiene otros planes, pareciera que estuviera contemplando el hermoso paisaje, pero no, está ensimismado planeando su estrategias en los negocios. Después de pasar el puente Rialto, suele desembarcaba en la plaza de San Marcos para hácese ver. Tenía una serie de puestos heredados de su padre, donde judíos contables a su servicio realizaban operaciones en su nombre, eran locales pequeños sin letreros identificativos del banco, pero que todo Venecia conocía. Inicialmente se prestaban y cobraban. Cuando la suma pasaba de los mil ducados, necesitaban consultarlo con la aprobación de Shylock. Sus tarifas eran las legales, cinco ducados de premio por mil prestado a tres meses. Últimamente, después de las bulas papales y la persecución religiosa a que se veían sometidos por el cobro de estos intereses, habían optado por la fórmula de las letras de cambio, que hacía la misma función, pero servía de tapadera de los intereses que había de soslayar la censura. He aquí el procedimiento: En vez de extenderla directamente el mercado, sobre ella misma, se ordena desde otra ciudad de ultramar como Amberes, por ejemplo, que un tercero, un mero testaferro, pague una letra que se le remite, y allí, indefectiblemente, se protesta, dando lugar a una nueva letra de ricorsa (de retorno), a favor del prestamista. Todos los judíos empleados en sus establecimientos ya estaban familiarizados con este procedimiento, pero a Shylock le disgustaba tener que usar estas triquiñuelas para llevar su negocio. El había sido cofundador del reanudar su actividad bancaria abriendo un Cartulari d'Oro. Y después, al año siguiente crearon el banco de Rialto, pero ahora eran otros tiempos. Después de darse una vuelta por los establecimientos de cambio, y si no había nada especial que le retuviera, se daba una vuelta por los talleres de artesanía para revisar los trabajos en cargados y hacer las oportunas recomendaciones a los artesanos, tenía un experto en la talla de diamantes, con el que le gustaba explayarse en estos temas ya que los diamantas y el tratamiento de las joyas todavía le emocionaban. Sobre medio día solía acudía a comer con algún conocido socio o cliente, generalmente en la casa que tenía para estos menesteres en la ciudad, alguna vez comía con el rabino o algún antiguo compatriota. Las tardes lo dedicaba a negociar en el puerto y revisar las descargas, la preparación de los barcos, después que iban al Arsenal Novissimo donde encargaba aparejos y repuestos para sus naves. Él había sido uno de los promotores de la optimización de la construcción naval en esta ciudad y que fue ejemplo en el resto del mundo. Ya anocheciendo subía a su embarcación negra y retornaba a su palacio de Getto, cenaba fugazmente con su hija a quien atosigaba con el parte de lo que había hecho durante el día, despachaba algo, rezaba y se acostaba.

Shylock y el Dinero:
Venecia y Génova controlan el comercio marítimo:
A mediados del siglo XIV, las rutas tradicionales, comenzaron a declinar, y el comercio con el Levante Mediterráneo experimentó un gran auge; es en ese momento cuando las repúblicas marítimas italianas de Génova y Venecia, comienzan a controlar el comercio en detrimento de los países musulmanes del Mediterráneo occidental. A este cambio contribuyó la expansión y consolidación Es notorio cómo la población judía de esos lugares aumentó considerablemente: los judíos, atraídos por la prosperidad comercial de esas ciudades emigraron desde Occidente, sobre todo desde Italia y Sefarad. Por ejemplo, cuando en 1391 se dieron los brotes de antijudaísmo en los reinos de Castilla y Aragón, muchos judíos que mantenían contactos comerciales con comunidades hebreas del Levante, optaron por emigrar allí, ya que el naciente imperio otomano les ofrecía mayores oportunidades y más protección y libertad. El hecho de que el dominio del comercio en el Mediterráneo pasara de manos musulmanas a manos cristianas, afectó profundamente a los mercaderes judíos, pues la diferente consideración en la que eran tenidos –pueblo del Libro unos y pueblo deicida otros– se refleja en las relaciones con los mercaderes cristianos plasmada en las leyes. Tal es el caso que se dio en la legislación marítima veneciana que, durante los siglos XIV y XV, consideraba a los mercaderes judíos rivales y, por tanto, propuso excluirlos de su sistema comercial. Aunque estas normas nunca llegaron aplicarse, si limitarían su libertad de movimientos, así en el siglo XIV, los mercaderes judíos no podrán ser dueños o fletar sus propias naves, sino que serán obligados a usar los servicios marítimos de los países dominantes del comercio marítimo, que ese momento eran fundamentalmente Venecia y Génova. Pero incluso en el supuesto de que fueran aceptados tenían problemas, algunas veces eran las propias leyes religiosas judías –dietéticas, pureza, festividades…– las que dificultaban sus travesías en naves gentiles; otras eran los puertos cristianos a los que arribaban, en los que podrían ser considerados proscritos y perseguidos. Unos de los grandes males de los mercaderes judíos en este siglo va a ser el de la piratería; este problema, que afectaba a todos los comerciantes, era especialmente duro para los judíos, que eran asaltados con más saña y no eran defendidos con la excusa de la religión. Era frecuente observar cómo el número de cautivos judíos era significativamente mayor que el de los cristianos, indiferentemente a la religión de los corsarios.

Modelo comercial en la obra:
De todos es conocido el papel desempeñado por los judíos en el sistema comercial a lo largo de la historia, y cómo ese papel se convierte en protagonista, cuando el escenario es el Mediterráneo y la época es la Edad Media. Durante el siglo XIV, como en los siglos anteriores y posteriores, el buen desarrollo de las transacciones comerciales dependía, en gran medida, de las relaciones personales de los mercaderes, pues la precariedad de las redes comerciales exigía una confianza plena en todos y cada uno de los nudos de la red. Las relaciones familiares en el amplio sentido semítico –casi tribal y clánico– eran las grandes protagonistas, pero cuando éstas fallaban, eran suplidas por las relaciones de correligionarios. En el caso de los judíos eran tan frecuentes las unas como las otras, cosa lógica si entendemos que en todos los lugares constituían una minoría religiosa en un universo dominado por las religiones. En consecuencia, las redes comerciales estaban integradas por miembros de una misma tradición religiosa: judíos con judíos, cristianos con cristianos y musulmanes con musulmanes, si bien esto no impedía que los negocios se pudieran realizar entre miembros ajenos a la propia comunidad religiosa en sus fases inicial y final. Concretamente, el comercio entre la Europa cristiana y los países musulmanes dependía, en gran medida, de los mercaderes judíos asentado en las riberas norte y sur del Mediterráneo, que comerciaban en los puertos del sur con mercaderes musulmanes, y en el norte con cristianos. La ética comercial entre los individuos de las tres religiones abrahámicas era muy similar, lo que facilitaba las transacciones comerciales ‘interreligiosas’ La mayoría de los mercaderes judíos pertenecían a un grupo que se podría denominar como profesionales, que estaba integrado por los grandes mercaderes, los delegados, los representantes y los agentes o intermediarios. La abundante documentación conservada sobre los mercaderes judíos muestra cómo, no todos ellos pertenecían a la misma clase social, pero también evidencia cómo existía un espíritu de igualdad, sólo explicable por la responsabilidad compartida entre todos los actores de una transacción comercial. Los documentos –contratos, cartas, libros de viajes, etc. – muestran cómo el comercio estaba marcado por la inseguridad y la lentitud de las comunicaciones de las rutas comerciales que, fundamentalmente, se realizaban en barco y en caravanas. Un buen resultado en el negocio dependía de saber mantener un frágil equilibro entre los compradores, los vendedores y los intermediarios, que comenzaba al adquirir la mercancía en los lugares de origen y concluía con una buena venta en el lugar de destino. Pero ese equilibrio dependía sobre todo de las etapas intermedias en las que los productos esperaban su siguiente destino, eran negociados –se vendían para comprar otras mercancías o se perdían. En consecuencia, la confianza entre todos los integrantes de la red comercial, era fundamental. Durante el siglo XIV, como en el resto del medioevo, los judíos, al ser comunidades minoritarias, se regían por sus propias leyes tanto en los reinos cristianos como musulmanes, sometiéndose a la jurisprudencia central sólo en los casos de litigios mixtos, es decir con cristianos o musulmanes. Esta situación confería uniformidad a la legislación que regía la vida de los judíos desde Oriente a Occidente, lo que facilitaba y fomentaba las relaciones mercantiles entre judíos. Con frecuencia, en la Edad Media, los grandes rabinos legislaron sobre cuestiones mercantiles.

Papel que juega el dinero en la trama:
Las reseñas al dinero, en El mercader de Venecia, se remiten de forma constante. Bassanio necesita dinero para cortejar a Portia. Antonio necesita dinero para prestarle a Bassanio. Shylock presta dinero a cambio de respeto. Cuando los acontecimientos se precipitan, parecen hacerlo igualmente impulsados por cuestiones de dinero: Antonio pierde sus naves y con ellas su inversión, Shylock pierde los ducados y el anillo que le roba su propia hija al fugarse con un gentil. El mercader y el Judío se quiebran porque han perdido dinero, pero la pérdida del dinero es símbolo de un dolor más profundo. Antonio ha perdido a su amado Bassanio en manos de Portia y ya no quiere vivir. Shylock ha perdido a su hija, pero en lugar de deprimirse como Antonio, simplemente enloquece. No con la locura desatada que después padecería Lear, sino con una locura fría, metódica. Antonio se convierte en la personificación de todo lo que odia: el antisemita, el hombre respetado por la sociedad que a él lo desprecia, el gentil que se robó a su hija. Por supuesto, siendo quien es, Shylock jamás deja de pensar en el dinero: su ambivalencia ante la fuga de su hija Jessica (lamenta su pérdida, y lamenta el dinero que se llevó, y lamenta su pérdida una vez más) es uno de los detalles del genio de su creador. Pero para estos dos hombres de negocios, el dinero no es la mayor de las consideraciones. El dinero es lo que saben producir y manejar, lo dado, lo seguro: uno y otro tienen capital suficiente como para tolerar las pérdidas. El problema está en aquello que el dinero no pudo comprarles. Todo el capital de Antonio no ha alcanzado para garantizarle el amor de Bassanio. Todo el capital de Shylock no ha alcanzado para garantizarle el amor de su hija. Estos hombres han construido su identidad en torno al dinero, y al descubrir las limitaciones de su riqueza material (cofres de oro y plata que no guardan nada valioso de verdad), se derrumban. Al final de la obra habrá un vencedor y un derrotado aparentes, pero en realidad serán dos los perdedores. El reclamo inexpresado de Antonio y de Shylock es el mismo, pero tal como se ha dicho, resulta más elocuente en el caso del Judío. Shylock soportó la marginación y el desprecio durante años. Cuando el noble Antonio, que lo había ofendido y escupido repetidas veces, llega a pedirle dinero, Shylock acepta prestárselo sin cobrarle intereses porque intuye la posibilidad de una transacción que le interesa más que la del dinero. Antonio le ha pedido a Shylock lo único que Shylock tiene, esto es ducados; el prestamista se sabe pobre en su riqueza. Y Shylock presta el dinero a cambio de algo que Antonio tiene y él no: respeto. Cuando Antonio no paga ninguna de sus dos deudas (ni la del dinero ni la del respeto), y cuando Jessica lo defrauda con las suyas (no paga el amor debido al padre ni a la tradición), Shylock se quiebra. En este contexto de apocalipsis íntimo, en que todos sus deseos más profundos se han visto burlados, el reclamo de Shylock de cobrarse la deuda con la libra de carne de Antonio no puede ser visto como locura, sino como expresión de una desesperada necesidad de reivindicación. Durante el Acto Cuarto, Shylock le explica al Duc de Venecia que aunque parezca extemporáneo, su reclamo no le es ajeno. ¿O acaso no tiene esclavos el Duc, y hace lo que le place con todas las libras de esa carne servil? Lo que Shylock está pidiendo es que le reconozcan su derecho a ser dueño de algo, aunque ese algo no sea más que un jirón de carne. Shylock sabe que la carne en sí misma no vale nada, que es un símbolo. (Como lo es el dinero la mayor parte de las veces.) Por eso pide con vehemencia que aunque suene absurdo, le reconozcan señoría sobre algo; que le dejen un mínimo margen de decisión, aunque más no sea sobre un trozo de carne. En suma, que lo reconozcan como sujeto con derechos.

Mitos sobre los mercaderes judíos:
El hecho de que los judíos mantuvieran unas férreas redes comerciales, con un carácter bastante endogámico, y que éstas estuvieran regidas por sus propias leyes, que eran desconocidas y extrañas a los gentiles, dio lugar a la aparición de leyendas en torno a los comerciantes judíos, como eran la mítica riqueza de los comerciantes o su dedicación a la usura, pero no todos eran grandes mercaderes ni prestamistas. Lo que sí es cierto es que las legislaciones de los países gentiles, en las que se les prohibía la posesión y cultivo de tierra, ejercer cargos en la administración y la mayoría de las profesiones liberarles, abocaron a los judíos a ejercer los oficios de comerciante y prestamista como únicos medios de poder conseguir una mínima calidad de vida.
Confinados en ghettos:
En las ciudades cristianas, incluso en las de las colonias, los comerciantes judíos, como otros ‘extranjeros’, eran obligados a recluirse con sus mercancías durante la noche en hospederías o fondacos, separados de los mercaderes cristianos, pero esta separación era especialmente enfatizada en el caso de los judíos, que debían pernoctar en fondas o albergues ubicados en los barrios judíos. La existencia de posadas u hospicium exclusivamente judíos en la Alta Edad Media está bien documentada: un hospicium en el call de Tortosa en 1328, un hospitium ventura hebrei en Bolonia a finales del siglo XIV o un fondaco perteneciente a la corona en el Nápoles de 1317 del rey Roberto.
Un ejemplo claro de la actitud hacia los comerciantes judíos a finales del siglo XIV, es el de Venecia: Durante todo el medioevo, los venecianos mantuvieron reservas con los judíos, pero nunca hubo persecuciones, e incluso en el siglo XIV se les concede el derecho de residencia estable en el barrio del Véneto, y total libertad para ejercer sus negocios. La bonanza comercial de la ciudad hizo que se asentaran numerosos comerciantes judíos, entre ellos algunos llegados de Sefarad. Se les continuó autorizando a vivir dentro de la ciudad hasta 1513, pero ya circunscritos a la isla que se conoció como Ghetto Nuevo, donde, a partir de 1516, se les obligó a vivir sin que pudieran abandonar el barrio después de la puesta del sol.
A pesar de todas las dificultades con las que tenían que bregar los judíos en los territorios cristianos, cuando en las postrimerías de medioevo las instituciones europeas desarrollaron un comercio más moderno, basado en la implicación de inversores, muchos mercaderes judíos adoptaron este nuevo sistema y prosperaron notablemente, frente a los colegas que continuaron con el sistema de negocios musulmán, mucho más personalista. Los mercaderes cristianos asentados en la zona del Levante, hicieron uso de su condición de minoría para que sus negocios se rigieran por la leyes de sus países de origen, lo que fue reconocido por las autoridades musulmanas. Los judíos hicieron uso de ese derecho y se acogieron a las leyes mercantiles que les eran más favorables, ya fueran judías, musulmanas o de cualquier país cristiano.
La relación con los mercaderes cristianos hizo que los mercaderes judíos cambiaran muchos de sus hábitos; por ejemplo, a partir del siglo XIII cambiaron la ruta del comercio de diamantes traídos desde la India, que hasta aquella época se distribuía desde Egipto pero que, desde entonces, va a pasar por Venecia, donde judíos venecianos comenzaron con la industria de la talla de diamantes. El arte moderno del corte del diamante se originó entonces.

Estudio del personaje Shylock Cuatro siglos después
Para muchos autores críticos, El Mercader adolece de limitaciones de estilo; al combinar la fantasía romántica con la realidad trágica, ambas quedan truncas. Shylock mismo es un personaje poco apropiado para la comedia. Los argumentos de Porcia son en general poco creíbles, y más inverosímil aun es el subargumento de la elección de las cajitas que determinaba el destino nupcial del elector. Pese a todo ello, fue la comedia más popular de Shakespeare. Este tomó su argumento de la traducción de Richard Robinson de Gesta Romanorum. Se han reconocido también otras fuentes (el cuento Il Pecorone de Giovanni Fiorentino, que se presentó en el Palacio del Placer, y obras de William Painter y Anthony Munday) y entre ellas se destaca un par de eventos que sin duda dictaron El Mercader.
Uno, es que Londres acababa de conmoverse por la ejecución en Tyburn del médico marrano de la reina Isabel, Roderigo López, cuyo enemigo era Antonio, como el de Shylock. Los jueces intervinientes llamaron al reo "codicioso, astuto, vil judío, mercenario y corrupto", epítetos que Shakespeare pone en boca de Graciano.
El otro evento, es que con El Mercader Shakespeare venía a responder al éxito teatral del drama El judío de Malta de su competidor Christopher Marlowe, a quien quiso superar o refutar (a decir de Borges "un gran escritor crea a sus precursores... y de algún modo los justifica. ¿Qué sería de Marlowe sin Shakespeare?").
Cabe consignar que a partir del año 2004 el drama de Marlowe fue nuevamente presentado con gran éxito en Londres. A diferencia del Barrabás de Marlowe (un monstruo que sólo despierta las peores pasiones de la audiencia) Shylock es un ser humano complejo. Shakespeare humaniza a la otrora raza despreciada, y así trasciende los prejuicios de su tiempo. Tampoco vaciló en presentar a los enemigos de Shylock como oportunistas, holgazanes y soberbios, quienes para humillarlo lo someten a una pavorosa injusticia, por medio de un juicio que resulta cinco veces escandaloso.
El juicio que pena a Shylock es improcedente, en primer lugar, porque el dux que es el juez, simpatiza abiertamente con el acusado aun antes de comenzar las deliberaciones; segundamente, porque permite a quienes son parte interesada (Basanio y Graciano) interferir a mansalva; en tercer lugar, porque en desafío de la lógica y la ley, se prohíbe el procedimiento con el que se debe cumplir con la sentencia; cuarto, porque la corte se desvía del cargo que la ha convocado, hacia nuevas acusaciones contra una de las partes; y finalmente, porque la enojosa sentencia incluye que el reo debe convertirse al cristianismo.
Por todo ello, aunque el antipático retrato que crea Shakespeare sí refleja estereotipos reinantes ("la encarnación del diablo" llama a Shylock su sirviente Gobo), debe también recordarse que el emocionado soliloquio del judío en la escena primera del tercer acto muestra una intención reparadora de parte del dramaturgo.
Esa virtud, fue revelada sólo un siglo y medio después. Para los isabelinos Shylock siempre fue enteramente villano, y los primeros actores competían en personificarlo cada cual más monstruoso. En 1741 Charles Macklin fue el primer actor que destacó facetas humanas en Shylock, de quien comienza entonces a comprenderse su ira debida a los insultos recibidos. Sin modificar ni una coma del texto original, fue arribándose eventualmente a versiones totalmente idealizadas del protagonista, como la que presentara Sir Henry Irving en 1879.
Shylock es un personaje secundario, pero resulta tan complejo, tan tridimensional, que se despega del papel. ¡De hecho borra de escena a los verdaderos protagonistas de la obra! Contra la noción generalizada, el mercader de Venecia al que el título alude es Antonio, no Shylock. El judío es tan sólo un prestamista. Portia (que en buena medida es la heroína del relato) subraya la diferencia entre ambos personajes al hacer su entrada en el juicio: ¿Cuál de estos es el mercader, y cuál el Judío? El “Judío” perdura en las conciencias por encima de Antonio, de Bassanio y de Portia, porque es más que un personaje: es un hombre, a quien resulta natural imaginarse fuera de los confines de la obra, respirando, bebiendo, rezando de manera clandestina y maldiciendo su propia soledad.
Shylock resulta tan desconcertante como el monolito negro de 2001. La dimensión que cobró el personaje por encima de rol que Shakespeare le tenía reservado debe haber sellado el destino de Mercutio en la obra que escribiría después: Shakespeare no tuvo más remedio que matar a Mercutio al comienzo de Romeo y Julieta, antes de que su elocuencia arrebatase el protagonismo a los adolescentes del título. ¡Ya había aprendido la lección de El mercader de Venecia! Pero la tentación de creer que Shylock se fue de las manos del autor resulta desmentida, al menos en parte, por la estructura de la obra. El relato se pone en marcha con Bassanio tratando de seducir a Portia, para lo cual debe vencer en un juego galante que le permitirá obtener su mano. Portia presenta tres cofres a sus pretendientes: uno de oro, otro de plata y uno de plomo. Dentro de uno de esos cofres hay un retrato de la joven. Aquel que lo encuentre al primer intento, la ganará como esposa. A partir de allí El mercader de Venecia confirma que es un relato sobre lo engañoso de las superficies. Propone un divertimento sobre venecianos ricos, elegantes y algo aburridos que se enfrentan a un judío despreciable, pero esconde dentro de ese envase otro tipo de emociones. Al desconfiar de las superficies bruñidas del oro y de la plata, Bassanio obtiene lo que deseaba: la mano de Portia. Aquel espectador que no se deje engañar por la comedia de enredos y elija la superficie menos atractiva, esto es el despreciable Shylock, se verá igualmente recompensado. El verdadero tesoro está en el interior del cofre de plomo.

Representaciones célebres:
Actores célebres que han representado a Shylock incluyen a Richard Burbage y Will Kempe en el siglo XVI, Charles Macklin en 1741, Edmund Kean en 1814, William Charles Macready en 1840, Edwin Booth en 1861, Henry Irving en 1880, Lucille La Verne en 1929, John Gielgud en 1937, Laurence Olivier en una película para la televisión en 1973, Al Pacino en una versión para el cine El largometraje de 2004 El mercader de Venecia y F. Murray Abraham en la Royal Shakespeare Company (en inglés) en 2006.

Nuevo juicio al Shylock de Shakespeare:
Siete abogados veteranos de Nueva York reabren el caso contra el célebre prestamista:
Pasos de la alegación
"Porcia ofrece una ingeniosa relectura del acuerdo. "Corta la carne", señala, "pero no la sangre". La sangre no consta en el trato, de manera que no puede ser extraída. Este es el primer paso de la derrota de Shylock. No puede cortar la carne sin la sangre, así que es su acción resulta bloqueada. Esta primera acción de Shylock y la respuesta de Porcia, con la que toma ventaja, constituyen el llamado primer paso de la argumentación de Porcia. El acuerdo supone un atentado contra la vida de un ciudadano veneciano, lo que está tipificado como un delito capital. Así que Shylock no sólo pierde el derecho al cuerdo, sino el derecho a la vida. Esta fase es conocida como el segundo paso de la argumentación de Porcia. El tribunal, mostrando una compasión hacia Shylock que él no ha tenido con Antonio, conmuta la condena, aunque en unas condiciones algo humillantes."
La ley literaria
"De los siete jueces que escucharon la apelación de Shylock en Nueva York, cinco la apoyaron y la mantuvieron. Sólo dos se opusieron, y yo fui uno de ellos. La mayoría de jueces consideraron que Shylock debería obtener algo por el préstamo impagado; por lo menos la devolución. Además sostuvieron que no era culpable del delito capital. Pero esto es lo que se podría llamar un error de categoría. Supone que Shylock tiene una vida independiente de la obra de teatro, y que la lógica de la obra puede ser apartada. Pero no puede serlo; no, al menos, sin violentar el tejido de la obra. Es en consonancia con la lógica de la obra que Shylock resulta condenado. Lo que significa, entre otras cosas, que es acorde con la ley en la obra."
Cuestión de personaje
"El caso contra la demanda de Shylock se desarrolla así. Primero, tenemos que dejar de tener en cuenta el primer paso de la argumentación de Porcia. Está claro que sus dos alegaciones sobre la ejecutabilidad del trato son erróneos. Empieza diciendo que el trato es ejecutable, pero sólo puede sostenerlo si suprime la existencia del delito capital. Ningún tribunal admitiría como ejecutable un contrato que implica cometer un acto criminal. Luego Porcia añade que el acuerdo sólo puede ser ejecutable si Shylock no extrae la sangre, pero se equivoca también en esto. Cualquier tribunal permitiría extraer la sangre junto con la carne. Fuera lo que fuese lo que ocurriese durante le ejecución del acuerdo sería permitido como parte de su cumplimiento. A continuación viene el segundo paso de la argumentación de Porcia, que debería haberse esgrimido desde el principio. Lo único que necesitaba decir, tan pronto como entró en el tribunal, era 'el delito capital lo prohíbe'. Y ahí habría acabado el juicio. Pero eso también habría sido el fin del suspense y del drama. La mayoría de jueces necesitó reescribir la obra para respaldar a Shylock. Pero reescribir la obra significa perder a su Shylock. Los jueces lo destruyeron como personaje al respaldar su alegación, y eso sí que no es compasivo", concluye el abogado Julius.

Una visión hebrea:
Actualmente hay una clara opinión hebraica, de que, a pesar de su lenta y peligrosa penetración en los contenidos de la educación israelí, los post-sionistas (Cristianos, no olvidemos que el cristianismo fue una secta escindida del judaísmo) no han logrado aún arrebatar la Biblia, como compendio de transmisión del saber judío. Entre los judíos actuales, Se escuchan voces, que sugieren que los niños judíos del Israel actual se circunscriban a asomarse a las "grandes obras religiosas" y estudien de este modo, un poco de Corán, un poco de Vedas y un poco de Tanaj, pero esas voces siguen siendo la de pequeñas minorías destinadas a desvanecerse en la ideologización del actual estado judío renacido después de la Segunda Guerra mundial.
Actualmente en todas las escuelas de Israel, aun en las más laicas, se estudia la Biblia, así como en centenares de academias, institutos religiosos, universidades, y por todo Israel se organizan certámenes bíblicos internacionales y constantemente se llevan a cabo seminarios y congresos sobre el tema. El idioma cotidiano de Israel es el de la Biblia, También su calendario anual y festividades; incluso marca la geografía: Se está cambiando los nombres árabes por su nombre original judíos, los que figuran en la historia de las Escrituras, que se asume como propia. En suma, la Biblia esta considerada para los judíos el libro de Israel.
La predilección del bardo por la Biblia, y su intento por humanizar a los judíos, parecen agradecerse en el Israel de hoy por medio de sociedades shakesperianas que leen y actúan en la lengua original, y también por medio de numerosas producciones de Shakespere en hebreo.
La primera data de 1930, cuando el Teatro Habimá (que para entonces dividía su tiempo entre Europa y Eretz Israel) presentó en Berlín La duodיcima noche. Desde entonces más de veinte obras de Shakespeare fueron puestas en escena por las cuatro compañías de teatro de Israel que nacieron en la década del veinte. Casi siempre fueron dirigidas por directores del extranjero, en especial británicos.
El Mercader de Venecia fue presentada en la traducción hebrea de Shimon Halkin en Tel Aviv, en 1936 y 1959. La segunda de ellas fue menos exitosa, debido tal vez a que el director irlandés Tyrone Guthrie optó por un vestuario moderno. En ambas realizaciones (¡separadas por un cuarto de siglo!) Shylock fue personificado por los mismos actores, Shimon Finkel y Arón Meskin, quienes se alternaban cada noche con estilos muy distintos, irónico e inteligente el primero, despectivo e iracundo el último. El recurso atrajo a muchos espectadores que deseaban comparar a dos Shylocks. Nunca se le había ocurrido a Shakespeare

Juicio a Giordano Bruno.
Proceso de la Inquisición pontifical, que terminó el 17 de febrero de 1600, cuando en la Plaza de Flores de Roma fue quemado vivo uno de los más insignes pensadores del Renacimiento.
Bruno fue un monje dominico. Se sabe a ciencia cierta que se interesó mucho por la ciencia y fue lector asiduo de libros prohibidos por la Iglesia. Esta circunstancia llamó la atención de los inquisidores. Para escapar a sus persecuciones, Bruno se fue del monasterio, a la edad de 28 años, y se dirigió al Norte de Italia vía Roma. Durante los 13 años siguientes vive en Suiza, Francia, Inglaterra y Alemania, donde entra en contacto con destacados humanistas, enseña la filosofía y escribe sus numerosos trabajos, en los que coloca las primeras piedras de la crítica científica de la religión, refutando los dogmas artistotélico-clericales.
Los espías de la Inquisición vigilaron cada paso de Bruno. La Santa Sede consideró que era un enemigo peligroso de la Iglesia y esperó un momento oportuno para reprimirle. Esa oportunidad se ofreció en 1591, habiendo llegado Bruno a Venecia por invitación del patricio Giovanni Mocenigo, para que le enseñara el arte de la memoria. Mocenigo formaba parte de la elite gobernante de la República Veneciana: en 1583 fue miembro del Consejo de sabios para las herejías, que controlaba la actividad de la Inquisición veneciana. Cabe en lo posible por tanto que ese aristócrata, que entregó a Bruno al tribunal inquisitorial un año después, actuara desde el primer momento como agente del Santo Oficio.
A diferencia de otras inquisiciones, la veneciana se abstenía de celebrar los autos de fe, prefiriendo aniquilar a sus víctimas en secreto. Los presos se encontraban en una cárcel adyacente al palacio de los Dux. Las ejecuciones se efectuaban allí mismo, y los cadáveres se arrojaban al canal. En algunos casos se llevaba al suplicio en una góndola al mar, donde estaba esperando otra góndola, a la que debía pasar el condenado. En cuanto se ponía sobre la plancha colocada entre ambas embarcaciones, los remeros empezaban a remar y la víctima desaparecía en el agua.
En el siglo XVI, la Inquisición veneciana estuvo encabezada por el nuncio apostólico, el patriarca de Venecia y el propio inquisidor. El nombramiento del primero incumbía al Papa y de los demás, al Dux de la República.
El 23 de mayo de 1592, Mocenigo envió al inquisidor su primera denuncia contra Giordano Bruno a la que siguieron otras dos con fechas del 25 y 26 de mayo. El filósofo fue detenido y encarcelado.
El Tribunal de la Inquisición procedió inmediatamente a la recogida de deposiciones de testigos y a los interrogatorios del preso con el fin de demostrar sus concepciones heréticas y la propaganda de las mismas y, sobre esta base, entregarlo al pontífice romano para que reprimiera al hereje. Pero Bruno rechazó todas las acusaciones y se negó a declararse culpable. Los interrogatorios estuvieron a cargo del inquisidor veneciano Gabriele Saluzzi acompañado del nuncio apostólico Ludovico Taberna y Aloiso Fuscari, miembro del Consejo de Sabios apoderado para combatir las herejías.
Correos especiales llevaron a Roma copias de las actas de los interrogatorios. El 12 de septiembre de 1592, la Inquisición romana exigió oficialmente la entrega de Giordano Bruno. El tribunal veneciano dio su conformidad y pidió la autorización del Consejo de Sabios, pero éste se la negó. Roma persistió en su demanda, amenazando con romper las relaciones con la república e imponerle un interdicto. El 7 de enero de 1593, por temor a que las medidas represivas de la Santa Sede pudieran causar daño al comercio veneciano, la república decidió entregarle a Bruno.
El 19 de febrero de 1593, el preso aherrojado emprendió el camino de Roma; fue transportado por mar bajo la escolta de buques de guerra (para el caso de ataque de la flota turca). Lo acompañó en calidad de guardia principal el dominico Hippolytus Maria Beccaria, al que esperaba ya en Roma el puesto de general de la orden de los "perros de Cristo".
Después de llegar a Roma, el 27 de febrero de 1593, Bruno fue recluido en la cárcel de la Inquisición. Pero el primer interrogatorio tardó en efectuarse hasta el 16 de diciembre de 1596. Es decir, Bruno estuvo enterrado prácticamente durante casi cuatro años en los sótanos del "santo" tribunal romano, que esperaba sacar de ello el doble provecho: "ablandecer" al preso, doblegar su voluntad de resistencia, por una parte, y de otro lado ganar tiempo para estudiar detalladamente las numerosas obras del filósofo y hallar en ellas algo que probara el carácter herético de sus concepciones.
El 16 de diciembre de 1596, la Inquisición dispuso iniciar el interrogatorio de Bruno "a base de las tesis extraídas de sus escritos". El filósofo respondió a los inquisidores de manera evasiva, diciendo que no había sustentado nunca los puntos de vista heréticos incriminados ni los exponía en sus obras. En vista de que el preso se negaba en redondo a reconocer su culpa y "reconciliarse" con la Iglesia, el tribunal acordó, el 24 de marzo de 1597, que fuera interrogado "fuertemente", es decir, sometido a la tortura. A juzgar por las actas conservadas de los interrogatorios, el tormento no surtió efecto. El filósofo manifestó una firmeza acorde con su doctrina.
A fin de obtener datos demostrativos de la "culpabilidad" de Bruno se valieron de un método tradicional y probado en la práctica inquisitorial, poniendo en su celda a varios provocadores para poder dictar en base a sus deposiciones una sentencia acusatoria. Las deposiciones de los provocadores se citan prolijamente en la "Exposición sucinta de la causa seguida a Giordano Bruno a propósito de sus juicios sobre la fe católica sagrada y de la reprobación que manifestaba respecto de ella y a sus servidores", compuesta por los inquisidores en 1597.
Reproducimos algunos párrafos de esa fuente, de la sección que trata de la existencia de muchos mundos, muy típica para la técnica de instrucción usada por el "santo" tribunal:
83. Giovanni Mocenigo, delator: "Afirmó muchas veces que el mundo es eterno y que existe multitud de mundos. Dijo también que todas las estrellas son mundos y que lo afirmaba en sus libros publicados. Una vez señaló, al discurrir sobre esta materia, que Dios necesita del mundo tanto como el mundo necesita de Dios; que Dios no sería nada si no existiera el mundo, y por eso no hace más que crear mundos nuevos".
84. El fraile Celestino, vecino de celda de Giordano en Venecia, ha delatado: "Giordano dijo que existe multitud de mundos, todas las estrellas son mundos, y el creer que sólo existe este mundo es crasa ignorancia".
86. El fraile Guilio: "He oído de él que todo es mundo, toda estrella es mundo, y que por encima y por debajo existen muchos mundos".
93. En el duodécimo interrogatorio: "Por todos mis escritos y por mis manifestaciones, que podrían comunicar personas competentes y dignas de confianza, se ve lo siguiente: estimo que este mundo y otros, los mundos en su conjunto, nacen y se liquidan. También este mundo, ese decir, el globo terráqueo, tuvo principio y puede tener fin, a semejanza de otros astros que son mundos como éste, tal vez mejores o incluso peores; son astros como lo es también este mundo. Todos ellos nacen y mueren como seres vivos compuestos de principios contrarios. Esto es lo que opino sobre las creaciones universales y particulares, y estimo que por todo su ser dependen de Dios".
El 4 de febrero de 1599, la Congregación del Santo Oficio, reunida bajo la presidencia del Papa Clemente VIII, dispuso lo siguiente respecto de la causa de Bruno:
"Los padres teólogos -Bellarmino, padre general de la mencionada orden de los frailes predicadores, y el comisario- deberán inculcar a dicho fraile Giordano que sus proposiciones son heréticas y contrarias a la fe católica, y que ellas han sido declaradas tales no sólo ahora, sino que también fueron reprobadas y condenadas por los padres de la antigüedad, la Iglesia Católica y la Santa Sede apostólica. Si las rechaza como tales, quiere abjurar y se manifiesta dispuesto, que sea admitido para penitencia con las penas debidas. Si no, fijar el plazo de cuarenta días para el arrepentimiento, que se suele conceder a los herejes impenitentes y pertinaces. Que todo ello se haga del mejor modo posible y en la debida forma".
Ante esta disyuntiva, Bruno optó por ser excomulgado y morir. Un interrogatorio siguió a otro, sin que Giordano se dejara arredrar, como puede juzgarse por las actas conservadas del "santo" tribunal. En una de ellas, fechada el 21 de octubre de 1599, se lee lo siguiente: "Fraile Giordano, hijo del finado Giovanni de Nola; sacerdote de la orden de los frailes predicadores y maestro en teología sagrada. Ha dicho que no debe ni quiere arrepentirse, no tiene nada de que pueda arrepentirse, no ve razón alguna para que se arrepintiera y no sabe de qué debe arrepentirse".
El 20 de enero de 1600, el Tribunal de la Inquisición tomó la decisión definitiva sobre la causa de Bruno. Su fallo terminaba con las palabras siguientes: "El Papa Clemente VIII, nuestro Padre Santísimo, dispuso y ordenó llevar a cabo esta causa, observando lo que debe ser observado, pronunciar la sentencia y entregar a dicho fraile Giordano al poder secular".
El 8 de febrero de 1600, el tribunal dio lectura a la sentencia en la Iglesia de Santa Inés, en presencia de Bruno acompañado de un verdugo. En la sentencia firmada por Roberto Bellarmino y otros cardenales inquisidores se exponían detalladamente las circunstancias del proceso. Su parte dispositiva decía:
"Decimos, pronunciamos, sentenciamos y te declaramos, fraile Giordano Bruno, ser hereje impenitente, pertinaz y obstinado, y por esto debes incurrir en todas las censuras eclesiásticas y penas de los santos cánones, leyes y constituciones tanto generales como particulares que se imponen a tales herejes manifiestos, impenitentes, pertinaces y obstinados; y como tal te degradamos en efecto, como ordenamos y mandamos, de todas las órdenes eclesiásticas mayores y menores en que hayas sido constituido conforme a las disposiciones de los santos cánones, y deberás ser apartado, como te apartamos de nuestro foro eclesiástico y de nuestra santa e inmaculada Iglesia, de cuya misericordia has demostrado ser indigno; y deberás ser entregado, y te entregamos al tribunal secular, a la Corte de Mons. Gobernador de Roma, aquí presente para castigarte con la pena debida, pero rogándole al mismo tiempo eficazmente que digne mitigar el rigor de las leyes concernientes a la pena de tu persona, que esté exenta del peligro de muerte o de mutilación de miembros.
"Además condenamos, reprobamos y prohibimos todos los libros y escritos tuyos arriba mencionados y otros, como heréticos, erróneos y rebosantes de muchas herejías y errores, ordenando que en adelante todos los que se encuentran ahora o se encuentren en el futuro en manos del Santo Oficio sean deshechos y quemados públicamente en la Plaza de San Pedro, delante de la escalera, y como tales sean puestos en el Indice de los libros prohibidos, y hágase como ordenamos.
"Así decimos, pronunciamos, sentenciamos, declaramos, degradamos, mandamos y ordenamos, excomulgamos, entregamos y rezamos, procediendo en esto y en lo demás de un modo incomparable menos duro que de rigor podemos y debemos.
"Lo pronunciamos nosotros, cardenales inquisidores generales firmantes...".
Luego se procedió a la ceremonia de maldición del condenado. En el altar, Giordano fue obligado a tomar en sus manos algunos objetos sagrados que se emplean generalmente durante el servicio religioso, como si se aprestase a efectuar una solemnidad. Luego le hicieron prosternarse ante el obispo, y éste pronunció la fórmula tradicional: "Por el poder de Dios todopoderoso Padre, Hijo y Espíritu Santo, y por el de nuestra dignidad, te quitamos el hábito de sacerdote, te degradamos, excomulgamos y expulsamos de toda orden clerical y te privamos de todos títulos".
Acto seguido, el obispo cortó con el instrumento apropiado la piel de los dedos pulgar e índice de ambas manos de Giordano, para borrar toda huella de la unción que había recibido al dársele órdenes. Después de ello arrancó al condenado el hábito sacerdotal y, por último, quitó las huellas de la tonsura, pronunciando las fórmulas obligatorias para la ceremonia de la degradación.
El filósofo fue ejecutado en la Plaza de Flores de Roma, el 17 de febrero de 1600. Los verdugos llevaron a Bruno, con la mordaza en la boca, al lugar de ejecución, le sujetaron con una cadena de hierro al poste clavado en el centro del quemadero y le ciñeron con una cuerda húmeda, que bajo la acción del fuego se contraía, cortando la piel. Sus últimas palabras fueron: "Muero como mártir por mi propia voluntad".
Todas las obras de Bruno pasaron al Indice de libros prohibidos y figuraron incluso en la última edición del mismo, la de 1948.
En el juicio a Giordano Bruno la Iglesia Católica no se interesaba tanto en la represión física de ese gran filósofo y humanista como la espiritual; anhelaban más que nada su suicidio espiritual y esperaron conseguirlo haciendo que se condenara a sí mismo, se arrepintiera, abjurara de sus ideas y se reconciliara con la Iglesia, es decir, se sometiera a la Santa Sede. El logro de ese objetivo equivaldría a una victoria sobre todos los humanistas y los filósofos que criticaron la Iglesia y la religión, pues Bruno fue considerado por ellos, con plena razón, como uno de sus jefes ideológicos más inteligentes y audaces. La Iglesia no logró su objetivo.